Precisamente, el primer paso del proyecto fue abrir la vivienda al exterior y llenarla de luz natural, concibiendo “una distribución que favoreciera los núcleos familiares, especialmente en la zona de día”. Ésta es una estancia diáfana donde conviven la cocina, la sala de estar y la terraza. Esta última, que discurre en paralelo a zona social, se une delicadamente con el comedor a través del uso del mismo pavimento en tono muy oscuro. También las puertas correderas permiten que el exterior, con su chimenea, mesas y bancos, se integre dentro de la vivienda.
Concepto dual-skin.
Explica la diseñadora que una de las características más singulares del proyecto es el concepto dual-skin, que permite que algunos espacios y piezas de mobiliario ofrezcan una doble funcionalidad. Por ejemplo, entre la cocina y el comedor, un pequeño lounge puede invitar a la familia a unirse a la conversación mientras se está cocinando, pero también puede ser un agradable rincón de charla, conectado con la mesa del comedor, que funciona como antesala de la comida.
Un segundo ejemplo es el amplio sofá del salón que, proyectado a doble cara, sirve de apoyo a la mesa del comedor o como refugio dentro de la propia sala de estar para aquellos que deseen estar cómodos pero no quieren que la televisión les moleste.
Espacios íntimos.
Buscando la máxima privacidad y crear espacios adaptados a las diferentes personalidades de los miembros de la familia, cada uno de los dormitorios se ha concebido como suites. Además, en las habitaciones juveniles, el mismo pavimento de madera ha servido para construir parte del mobiliario a medida.
En el caso de las habitaciones simétricas, éstas están unidas mediante una amplia ducha, aunque cada una dispone de su propio lavabo. En la suite individual masculina, todos los elementos están integrados en el mismo espacio.
La suite de los padres dispone de una original ducha con formato de tubo abierto en sus extremos, a la que puede accederse tanto desde la parte de la cama como desde la zona del lavabo, creando una conexión integral dentro del espacio.
Por su parte, el baño de cortesía presenta el sello minimalista y orgánico que refleja el slow design de Susanna Cots.
Espacio de trabajo en el centro de la vivienda.
La interiorista creó un cubo de cristal en el centro de la vivienda para integrar el despacho familiar. Este volumen se camufla, cuando es necesaria una mayor privacidad, detrás de unas cortinas para no perder la luz natural conseguida.
Los propietarios también querían incorporar el negro en su nueva casa y este color se utilizó en el mobiliario de cocina, los baños y la sala de estar, buscando el contraste entre el acabado mate y el brillo.
Para más información visiten: Susanna Cots Interior Design
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