Azul claro y blanco
Una combinación limpia, serena y luminosa. Ideal tanto para salones como para dormitorios, pero sobre todo para estos últimos ya que crea espacios relajados que invitan al descanso. Lo ideal: mobiliario blanco sobre una pared azul claro o decorado con tejidos que combinen azules claros y otros blancos en lisos y estampados. Y para que el resultado decorativo no quede visualmente muy básico, nuestro consejo: añadir un tercer color que haga de bisagra entre el azul claro y el blanco. El color comodín ideal, que además aporta un toque de sobriedad al conjunto, algo que le va muy bien, es el gris. Así, en un dormitorio, por ejemplo, una pared pintada en azul claro sobre la que repose una cama con cabecero blanco y unas mesitas blancas, quedará perfecto si lo vestimos con ropa de cama en azul y blanco, y cojines que combinen los tres tonos que hemos propuesto: blanco, azul claro y gris medio.
Azul claro y gris
Si, como hemos dicho, el gris funciona bien como bisagra entre el blanco y el azul claro, él solo con el azul queda de miedo. Lo que se consigue es un look más elegante y sofisticado. Ideal para estilos clásicos que buscan dar un toque de color suave a los ambientes, pero sin pasarse y manteniendo un punto de sobriedad. Así, por ejemplo, a un sofá tapizado en gris claro, unos cojines que combinen gris oscuro y azul claro, quedarán muy armónicos. El gris oscuro le dará presencia y el azul claro, luz y paz.
Azul claro y marrón chocolate
Una pareja perfecta porque el marrón chocolate aporta carácter y el azul claro, la luminosidad que le falta al primero. Si el azul fuera blanco el contraste sería demasiado exagerado, en cambio, el azul claro contrasta con el marrón de una manera más sutil, más cuidada. Ambos respresentan el equilibrio perfecto y es que el marrón chocolate es un color absolutamente terrenal, mientras que el azul claro es 100% etéreo.
Azul claro y mostaza
El mostaza es un color mágico. Tiene mil combinaciones y en todas funciona muy bien. Es luminoso, tiene fuerza y además, está muy de moda. Pero con el color azul se crece. ¿Por qué? Porque el azul y el amarillo son contrarios en el círculo cromático y juntos, se complementan. A un azul claro le añade mostaza y el resultado es de un estilazo retro tremendo. Pero también si lo alía al azul eléctrico. Ambos son tonos muy intensos que se potencian mutuamente y dan un toque vintage innegable a los espacios. Cuanto más claro sea el azul, más dulzura y luz aportarás al ambiente. Y cuanto más intenso, como lo es el azul eléctrico, más carácter.
Azul claro y verde
Si hablamos de un verde aguamarina, el efecto conseguido combinado con azul claro es de frescura total. Ideal para casas de costa y con cierto aire hippy. En esta pareja hay un tercer color bisagra que le va de perlas: el blanco, cómo no. Este trío genera ambientes que aportan mucha serenidad y paz porque entre ellos el equilibrio es perfecto, y esto se transmite al espacio.
Pero si de lo que hablamos es de combinar el color azul claro con un verde bosque, lo que estaremos consiguiendo es un aire mucho más tropical. A este par le van perfectos los muebles de fibra natural, los estampados selváticos y los jardines interiores con mucha planta de hojas grandes tipo monstera.
Azul claro y gris
Si, como hemos dicho, el gris funciona bien como bisagra entre el blanco y el azul claro, él solo con el azul queda de miedo. Lo que se consigue es un look más elegante y sofisticado. Ideal para estilos clásicos que buscan dar un toque de color suave a los ambientes, pero sin pasarse y manteniendo un punto de sobriedad. Así, por ejemplo, a un sofá tapizado en gris claro, unos cojines que combinen gris oscuro y azul claro, quedarán muy armónicos. El gris oscuro le dará presencia y el azul claro, luz y paz.
Azul claro y marrón chocolate
Una pareja perfecta porque el marrón chocolate aporta carácter y el azul claro, la luminosidad que le falta al primero. Si el azul fuera blanco el contraste sería demasiado exagerado, en cambio, el azul claro contrasta con el marrón de una manera más sutil, más cuidada. Ambos respresentan el equilibrio perfecto y es que el marrón chocolate es un color absolutamente terrenal, mientras que el azul claro es 100% etéreo.
Azul claro y mostaza
El mostaza es un color mágico. Tiene mil combinaciones y en todas funciona muy bien. Es luminoso, tiene fuerza y además, está muy de moda. Pero con el color azul se crece. ¿Por qué? Porque el azul y el amarillo son contrarios en el círculo cromático y juntos, se complementan. A un azul claro le añade mostaza y el resultado es de un estilazo retro tremendo. Pero también si lo alía al azul eléctrico. Ambos son tonos muy intensos que se potencian mutuamente y dan un toque vintage innegable a los espacios. Cuanto más claro sea el azul, más dulzura y luz aportarás al ambiente. Y cuanto más intenso, como lo es el azul eléctrico, más carácter.
Azul claro y verde
Si hablamos de un verde aguamarina, el efecto conseguido combinado con azul claro es de frescura total. Ideal para casas de costa y con cierto aire hippy. En esta pareja hay un tercer color bisagra que le va de perlas: el blanco, cómo no. Este trío genera ambientes que aportan mucha serenidad y paz porque entre ellos el equilibrio es perfecto, y esto se transmite al espacio.
Pero si de lo que hablamos es de combinar el color azul claro con un verde bosque, lo que estaremos consiguiendo es un aire mucho más tropical. A este par le van perfectos los muebles de fibra natural, los estampados selváticos y los jardines interiores con mucha planta de hojas grandes tipo monstera.
Vía: Westwing
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