Gracias a uno de los motores de 1600w más pequeños que se hayan fabricado, la prestigiosa compañía Dyson ha creado el Airblade Tap, un grifo automático que cuenta con la ventaja de ser también secador de manos, lo que evita suelos mojados en los cuartos de baño, al no ser necesario el desplazamiento a otra área una vez nos hemos lavado. Este sistema es lo suficientemente potente como para expulsar 30 litros de aire por segundo, y secar las manos en un tiempo récord.
¿Cómo funciona Airblade Tap?
Lo primero que hay que dejar claro es que este grifo sirve agua y aire mediante unos sensores, por lo que no es necesario tocarlo. La posición de las manos es detectada por la luz que emiten los sensores infrarrojos, unos circuitos computerizados procesan la información, y entonces se abre el flujo de agua o de aire. El sistema se alimenta de la red eléctrica, es decir, sin baterías, y el secado es tan rápido (12 segundos) porque el aire se expulsa a una velocidad de 690km/h, por unas estrechas ranuras de tan solo 0,8mm de ancho. Además, un filtro HEPA situado en la base del motor (ver esquema), limpia el aire de bacterias y virus (en un 99,9%).
El diseño de este grifo automático puede que sea considerado por muchos como demasiado espartano, pero responde perfectamente al uso para el que ha sido creado, uniendo dos funciones en un mismo aparato, lo que evita moverse del lavabo a otra parte del baño para secarse las manos, y por tanto que el suelo se moje. A la hora de fabricar este grifo, todos los cortes y soldaduras han sido hechos con precisión láser y de manera robotizada, usando tubos de acero inoxidable.
La eficiencia de este sistema hace que el grifo Airblade Tape tenga un coste estimado de funcionamiento de tan solo 48€ al año, y que produzca un 67% menos de CO2, valores inferiores a los de métodos de secado de manos más comunes que podamos encontrar en cualquier lavabo público. (Según estudios siguiendo el método de Carbon Trust, y que han incluido a los secadores de papel).
Airblade Tap se fabrica en tres modelos: corto, largo, y de pared, según el esquema siguiente.
Para más información visiten: Dyson
Vía: is Arquitectura
¿Cómo funciona Airblade Tap?
Lo primero que hay que dejar claro es que este grifo sirve agua y aire mediante unos sensores, por lo que no es necesario tocarlo. La posición de las manos es detectada por la luz que emiten los sensores infrarrojos, unos circuitos computerizados procesan la información, y entonces se abre el flujo de agua o de aire. El sistema se alimenta de la red eléctrica, es decir, sin baterías, y el secado es tan rápido (12 segundos) porque el aire se expulsa a una velocidad de 690km/h, por unas estrechas ranuras de tan solo 0,8mm de ancho. Además, un filtro HEPA situado en la base del motor (ver esquema), limpia el aire de bacterias y virus (en un 99,9%).
El diseño de este grifo automático puede que sea considerado por muchos como demasiado espartano, pero responde perfectamente al uso para el que ha sido creado, uniendo dos funciones en un mismo aparato, lo que evita moverse del lavabo a otra parte del baño para secarse las manos, y por tanto que el suelo se moje. A la hora de fabricar este grifo, todos los cortes y soldaduras han sido hechos con precisión láser y de manera robotizada, usando tubos de acero inoxidable.
La eficiencia de este sistema hace que el grifo Airblade Tape tenga un coste estimado de funcionamiento de tan solo 48€ al año, y que produzca un 67% menos de CO2, valores inferiores a los de métodos de secado de manos más comunes que podamos encontrar en cualquier lavabo público. (Según estudios siguiendo el método de Carbon Trust, y que han incluido a los secadores de papel).
Airblade Tap se fabrica en tres modelos: corto, largo, y de pared, según el esquema siguiente.
Para más información visiten: Dyson
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