Y es que los puffs valen tanto para un roto como para un descosido: como asiento de emergencia, como mesita auxiliar, como objeto decorativo…
Aunque de los tipos de puffs ya hemos hablado en alguna ocasión, en este caso, los que llevan un aro metálico en la base están haciendo furor por ese toque de elegancia que le aporta tanto el metal inferior como el textil superior.
Aunque de los tipos de puffs ya hemos hablado en alguna ocasión, en este caso, los que llevan un aro metálico en la base están haciendo furor por ese toque de elegancia que le aporta tanto el metal inferior como el textil superior.
En realidad, la mayoría de ellos están cortados por el mismo patrón: un pequeño puff perfectamente circular con un tapizado superior en tela aterciopelada en distintos colores, y un aro metalizado en la zona inferior.
Pero como 50 imágenes valen más que 50.000 palabras, aquí tiene algunas aplicaciones de este tipo de puffs, último grito en la decoración.
El aro
Suele situarse en la base del puff, formada por una especie de franja metálica anchita, de unos 15cm, que marca la base y hace contraste con el tono del tapizado.
No obstante, también los hay que estrechan el aro y lo sitúan en la franja media o superior del puff, o bien que multiplican el número de franjas o lo combinan con algún otro accesorio.
El tipo de metal utilizado o su acabado pueden darle una estética más brillante o más matizada a la base, pero en cualquier caso suelen encontrarse sobre todo en latón, pues ya hemos contado en más de una ocasión que los tonos dorados han destronado temporalmente y sin piedad a los tonos aluminio y acero que venían reinando durante años.
El tapizado
Para dar la imagen de un perfecto puff de base metalizada, el tapizado superior debe llevar una tela de tipo aterciopelada. Por supuesto, los puffs de terciopelo puro son más difíciles de encontrar, tanto por el coste como por lo delicado del material, pero hoy en día hacen imitaciones de lo más conseguidas que resultan a su vez muy prácticas a la hora de limpiar.
En cuanto a los tonos, aunque podemos encontrar puffs con base metálica en multitud de colores, uno de los más frecuentes es el rosa palo, dado su estética femenina y lo actual del color.
Los naranjas, burdeos y corales se ven menos, pero son una buena alternativa a los anteriores, pues entran dentro de la gama de los cálidos sin resultar excesivamente femeninos.
Las aplicaciones
Los puffs con aro metálico de base pueden utilizarse para muchas aplicaciones.
La principal, su fin prioritario, como asiento de emergencia para cuando vienen demasiados invitados o para sentarse un momento.
A veces pueden actuar como asiento de cierre que «llena» un espacio, como en los casos en los que se disponen a pares para cerrar la zona de estar del salón y ejercer de separación visual del comedor.
En el salón también pueden utilizarse en la zona central, como complemento (o sustitutivo) de la mesa de centro.
También suelen usarse mucho como asiento principal en tocadores y consolas, pues caben muy bien debajo y se supone que la sentada en este tipo de zonas no es larga
También es bastante utilizado como reposapiés, es decir, como apoyo a otro tipo de asiento más cómodo (ya sea un sillón o una silla con respaldo)
Pero como 50 imágenes valen más que 50.000 palabras, aquí tiene algunas aplicaciones de este tipo de puffs, último grito en la decoración.
El aro
Suele situarse en la base del puff, formada por una especie de franja metálica anchita, de unos 15cm, que marca la base y hace contraste con el tono del tapizado.
No obstante, también los hay que estrechan el aro y lo sitúan en la franja media o superior del puff, o bien que multiplican el número de franjas o lo combinan con algún otro accesorio.
El tipo de metal utilizado o su acabado pueden darle una estética más brillante o más matizada a la base, pero en cualquier caso suelen encontrarse sobre todo en latón, pues ya hemos contado en más de una ocasión que los tonos dorados han destronado temporalmente y sin piedad a los tonos aluminio y acero que venían reinando durante años.
El tapizado
Para dar la imagen de un perfecto puff de base metalizada, el tapizado superior debe llevar una tela de tipo aterciopelada. Por supuesto, los puffs de terciopelo puro son más difíciles de encontrar, tanto por el coste como por lo delicado del material, pero hoy en día hacen imitaciones de lo más conseguidas que resultan a su vez muy prácticas a la hora de limpiar.
En cuanto a los tonos, aunque podemos encontrar puffs con base metálica en multitud de colores, uno de los más frecuentes es el rosa palo, dado su estética femenina y lo actual del color.
Si uno opta por darle un toque más elegante o masculino, puede optar por los verdes oscuros o azules medios y marinos
Los naranjas, burdeos y corales se ven menos, pero son una buena alternativa a los anteriores, pues entran dentro de la gama de los cálidos sin resultar excesivamente femeninos.
Si en cambió le gustan las tonalidades claras y más suaves, pero huye del rosa, los tonos menta y gris perla también hacen furor.
Las aplicaciones
Los puffs con aro metálico de base pueden utilizarse para muchas aplicaciones.
La principal, su fin prioritario, como asiento de emergencia para cuando vienen demasiados invitados o para sentarse un momento.
A veces pueden actuar como asiento de cierre que «llena» un espacio, como en los casos en los que se disponen a pares para cerrar la zona de estar del salón y ejercer de separación visual del comedor.
En el salón también pueden utilizarse en la zona central, como complemento (o sustitutivo) de la mesa de centro.
También suelen usarse mucho como asiento principal en tocadores y consolas, pues caben muy bien debajo y se supone que la sentada en este tipo de zonas no es larga
Dado que su base es muy plana, en numerosas ocasiones se utiliza como mesilla de noche o mesita auxiliar.
Dentro del dormitorio, a veces van también a los pies de la cama, bien para decorar o como pequeño banquito donde apoyarse para atarse los cordones.
También es bastante utilizado como reposapiés, es decir, como apoyo a otro tipo de asiento más cómodo (ya sea un sillón o una silla con respaldo)
Y por último, como asiento principal propiamente dicho. En estos casos, suele complementarse con un pequeño respaldo curvo, pues a la hora de pasar bastante tiempo sentado es la única forma de proteger los riñones.
En resumen, un pequeño gran complemento que aporta un toque elegantísimo en la decoración de cualquier espacio, digno de tener en cuenta.
Vía: Decofilia
No hay comentarios:
Publicar un comentario