Es una planta de muy fácil cuidado y tremendamente sencilla, tan sólo deberá tener cuidado con el exceso de agua, características que la han convertido en un elemento decorativo excelente dentro del carácter zen o minimalista.
Estas tendencias optan por espacios amplios y poco cargados en los que la escasez de mobiliario y objetos no suponen obstáculo alguno para la entrada de luz.
Las normas de estilo de estos dos gustos combinan a la perfección con el bambú de la suerte. Si opta por decorar el interior de su hogar con este elemento, además, conseguirá encontrarlo fácilmente ya que se vende en la mayoría de grandes superficies: escoja un ejemplar de tronco verde intenso, raíces claras y brotes sanos y recientes.
Su forma característica, de vara recta que puede alcanzar los 1,5 metros de altura y hojas de entre 15 y 25 centímetros de largo, se emplea para la creación de centros florales en el Ikebana (arte milenario que aúna espíritu, aspecto, ritmo vital y mitología en sus composiciones), por ejemplo.
En ocasiones, su tronco se curva dotando al bambú de la suerte de un mayor poder estético.
Una opción perfecta representan los jarrones de cristal que permiten disfrutar totalmente de su original belleza. En el jarrón se pueden introducir agua y piedras de pequeñas dimensiones, elementos que combinan magníficamente con la Dracaena sanderiana. O, también, accesorios decorativos de plástico u otro material.
Tradicionalmente, el Feng Shui lo ha relacionado con la buena suerte y trasmisión de energía positiva y buenas vibraciones, por lo que cualquier estancia es idónea para esta planta.
¿Una de las mejores alternativas? Los baños, ya que éstos no suelen tener condiciones adecuadas para el desarrollo de las plantas, sin embargo, la alta capacidad de resistencia y adaptación de esta especie la convierten en un habitante perfecto para estos espacios.
Vía: Plantas Facilísimo
No hay comentarios:
Publicar un comentario