Situado en A Coruña, Koh Lanta emana la esencia de la comida callejera y los paradisíacos rincones del sudeste asiático. En su diseño, todos los detalles han sido pensados para lograr la máxima optimización del espacio. Nada se deja al azar. Desde la altura de los taburetes hasta los farolillos voladores, el papel pintado o el tallado artesanal del baño. Todo en él busca imprimir una estrategia corporativa al espacio comercial.
Para Iván Cotado, “la estrategia demandaba una intervención en tres líneas”. El protagonismo de la cocina, unos marcados rasgos asiáticos y una experiencia del cliente centrada en el disfrute más primitivo de la comida en Asia, el street food. A ellas se le suman atributos propios de cualquier restaurante como la funcionalidad y la versatilidad. Estos últimos, materializados en detalles como la carpintería exterior de madera. Su uso como barra permite que los pedidos del take away no entorpezcan los flujos internos. Además, funciona también como pase para camareros y servicio de terraza.
La vegetación como símbolo bienestar
Con el fin de potenciar el sentimiento de bienestar y espacio saludable, se ha utilizado la vegetación. “No hay nada que evoque más un producto saludable, ecológico y natural que la propia naturaleza”, señala Cotado. De madera, hierro y llenas de vegetación, fachada y terraza conforman un punto de reclamo en la ciudad.
“Primero la estrategia y luego el interiorismo”, apunta Cotado, que ha querido huir en este caso de “la invasión de vegetación impostada que invade últimamente los diseños corporativos”. En Koh Lanta, la naturaleza evoca la frescura de los alimentos, y el bambú hace referencia al producto local y la artesanía. El hierro y las soldaduras añaden al espacio toques desenfadados de origen callejero.
Recreando Asia
Para lograr identidad de marca, todo el espacio gira en torno a Asia. Un diseño que, evocando la naturaleza virgen y bucólica de postal de Tailandia, huye del lujo para acercarse al street food. Teñido en tonos beige, el pavimento de hormigón pulido simula la arena de las playas tailandesas. El papel pintado con motivos florales recrea ventanales ficticios a la naturaleza virgen. La madera más humilde, de pino del país, zonifica los usos del restaurante. Una paleta de colores puramente asiática completa la selección de materiales y acabados.
Protagonista del diseño y la identidad del restaurante, la iluminación refuerza el mensaje. Farolillos voladores, diseñados y fabricados a mano para la ocasión, se reflejan sobre el falso techo de melamina negra alto brillo que evoca un espacio infinito. De esta forma se consigue plasmar la que es, quizá, la imagen más evocadora de Tailandia.
Recreando Asia
Para lograr identidad de marca, todo el espacio gira en torno a Asia. Un diseño que, evocando la naturaleza virgen y bucólica de postal de Tailandia, huye del lujo para acercarse al street food. Teñido en tonos beige, el pavimento de hormigón pulido simula la arena de las playas tailandesas. El papel pintado con motivos florales recrea ventanales ficticios a la naturaleza virgen. La madera más humilde, de pino del país, zonifica los usos del restaurante. Una paleta de colores puramente asiática completa la selección de materiales y acabados.
Protagonista del diseño y la identidad del restaurante, la iluminación refuerza el mensaje. Farolillos voladores, diseñados y fabricados a mano para la ocasión, se reflejan sobre el falso techo de melamina negra alto brillo que evoca un espacio infinito. De esta forma se consigue plasmar la que es, quizá, la imagen más evocadora de Tailandia.
Misticismo espacial
Velas de adoración a la diosa de la isla Koh Lanta añaden un toque místico a un espacio donde colosales árboles camuflan los pilares del local. De aspecto selvático, en los baños piedras apiladas sostienen un lavabo con caño de bambú. Las paredes se cubren con motivos florales realizados en fresco sobre el mortero teñido en verde por una artesana local.
El proyecto ha sido ya galardonado con el Premio Incitus a la propuesta hostelera más innovadora del año en Galicia y el Hostelco Award al mejor proyecto de interiorismo hostelero del año 2018.
Fotografía: Héctor Santos Díez
Velas de adoración a la diosa de la isla Koh Lanta añaden un toque místico a un espacio donde colosales árboles camuflan los pilares del local. De aspecto selvático, en los baños piedras apiladas sostienen un lavabo con caño de bambú. Las paredes se cubren con motivos florales realizados en fresco sobre el mortero teñido en verde por una artesana local.
El proyecto ha sido ya galardonado con el Premio Incitus a la propuesta hostelera más innovadora del año en Galicia y el Hostelco Award al mejor proyecto de interiorismo hostelero del año 2018.
Fotografía: Héctor Santos Díez
Para más información visiten: Iván Cotado, Koh Lanta
Vía: diarioDESIGN
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