En uno de los barrios en pleno desarrollo de Japón, encontramos la J house, un apartamento que el estudio Domino Architects ha creado para una pareja con un hijo de dos años. Los arquitectos se encontraron con una vivienda muy compartimentada que no encajaba con el nuevo estilo de vida de la familia, por eso crearon un nuevo espacio abierto y funcional que hiciera más fácil su día a día.
Esta es una vivienda con un marcado estilo japonés: el gusto por materiales naturales y un aferro por lo sencillo y minimalista que es capaz de evadirnos del estrés de la gran ciudad.
Juego de volúmenes
En la nueva distribución, los volúmenes de madera de roble juegan un papel fundamental. Los arquitectos, los disponen de tal manera que ayudan a sectorizar el espacio y a crear una zona multifuncional sin necesitar de separaciones físicas para los diferentes usos de cada estancia. Los propietarios ganan una zona de día totalmente abierta en la que poder cocinar mientras charlan tomando un vino o descansando en el sofá.
Instalaciones a la vista
La cocina se sitúa semiabierta en medio de la zona de día, separada del comedor por un muro de bloques de hormigón a media altura, muy útil para transportar platos directamente de la cocina al comedor. Se distribuye en dos bandas funcionales con mobiliario de madera contrachapada.
Las instalaciones se han dejado vistas en toda la vivienda como símbolo de unión entre lo viejo y lo nuevo, la tradición japonesa y la modernidad occidental.
Amor por la madera
Los muros de separación y la mayor parte del mobiliario están hechos de madera contrachapada, un material muy económico y práctico, que tratado de una manera delicada da una impresión totalmente diferente a la que nos tiene acostumbrados. La versatilidad de la madera hace que sea capaz de revestir cualquier superficie: el pavimento, los muros o el mobiliario. Destaca la fantástica librería a medida, un trabajo de carpintería de líneas rectas que crea un interesante mosaico de libros, plantas y toda clase de utensilios característicos de la vida doméstica.
La estrategia del mosaico de madera se repite de nuevo en el revestimiento de los muros, esta vez con paneles de contrachapado de grandes dimensiones que crean un juego visual tan característico, que la pared no necesita más decoración.
La pintura de colores nos ayuda a identificar el tipo de uso que se da a cada estancia. Mientras que en la zona abierta de usos variados predomina el color blanco, aquellas destinadas a un uso especifico (dormir, descansar o trabajar) se pintan en color azul grisáceo creando ambientes más íntimos y acogedores. Al más puro estilo japones, las puertas desaparecen para dejar pasa a los paneles correderos, una versión modernizada del clásico panel japones, que además resulta una fantástica estrategía espacial para ahorrar espacio y conseguir estancias sencillas y funcionales.
Aura de meditación
Como si fuera una bañera típica de japonesa, el lavamanos del baño reposa sobre una encimera de madera de pino natural. Una mezcla de texturas y materiales como el acero inoxidable, la madera, o el espejo dialogan de nuevo entre modernidad y tradición, con un sencillo pero sobrio acabado final.
Los muros de separación y la mayor parte del mobiliario están hechos de madera contrachapada, un material muy económico y práctico, que tratado de una manera delicada da una impresión totalmente diferente a la que nos tiene acostumbrados. La versatilidad de la madera hace que sea capaz de revestir cualquier superficie: el pavimento, los muros o el mobiliario. Destaca la fantástica librería a medida, un trabajo de carpintería de líneas rectas que crea un interesante mosaico de libros, plantas y toda clase de utensilios característicos de la vida doméstica.
La estrategia del mosaico de madera se repite de nuevo en el revestimiento de los muros, esta vez con paneles de contrachapado de grandes dimensiones que crean un juego visual tan característico, que la pared no necesita más decoración.
Cubos funcionales
Los volúmenes de madera sirvieron a los arquitectos para distribuir el espacio, albergan el almacenamiento (armarios) y los servicios (un baño y un aseo), y establecen los recorridos a través de los espacios abiertos. Aun siendo volúmenes cerrados forman una red flexible, gracias al uso de paneles de puertas correderas.
Estrategia y color
La pintura de colores nos ayuda a identificar el tipo de uso que se da a cada estancia. Mientras que en la zona abierta de usos variados predomina el color blanco, aquellas destinadas a un uso especifico (dormir, descansar o trabajar) se pintan en color azul grisáceo creando ambientes más íntimos y acogedores. Al más puro estilo japones, las puertas desaparecen para dejar pasa a los paneles correderos, una versión modernizada del clásico panel japones, que además resulta una fantástica estrategía espacial para ahorrar espacio y conseguir estancias sencillas y funcionales.
Aura de meditación
Como si fuera una bañera típica de japonesa, el lavamanos del baño reposa sobre una encimera de madera de pino natural. Una mezcla de texturas y materiales como el acero inoxidable, la madera, o el espejo dialogan de nuevo entre modernidad y tradición, con un sencillo pero sobrio acabado final.
Para más información visiten: Domino Architects
Vía: habitissimo
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