El emplazamiento del hotel, justo sobre lo que fuera motor económico de Barcelona, que abastecía de agua la ciudad, sus campos y su industria desde el siglo I a.C. hasta mediados del s. XX, hacía prever que se encontrarían vestigios de culturas anteriores durante las obras de excavación. Como así fue. Aparecieron restos neolíticos, romanos, de la baja Edad Media y también de edificios industriales de los siglos XVIII y XIX.
Un rico pasado, que funcionó como fuente de inspiración para crear el concepto de este original hotel de diseño en la zona más antigua de Barcelona. La fuente de agua merecía una reivindicación que ya viene con el nombre: REC. Y que enlaza con la que desde el proyecto se entendió como “la savia nueva que circula por las arterias de la ciudad: la cultura urbana“.
REC lleva así implantado el pulso de la ciudad. Un hotel de diseño con huella en el siglo XXI. Y no se les ha ocurrido mejor forma de hacerlo que contando con artistas locales. Para tener una huella de su trabajo en cada espacio. Ofreciendo así una experiencia única y crear un recuerdo muy “de Barcelona” en los clientes. No en vano, la ciudad está considerada un hervidero de creatividad en todos los ambientes.
Un hotel de diseño
Desde el inicio del proyecto, Xavier Franquesa ha estado a cargo de la comunicación, la identidad corporativa y también la dirección creativa del proyecto. Lo que ha incluido también parte de los interiores y la selección de mobiliario. Entre la que se encuentran firmas como Santa & Cole, Mobles 114 o Marset, en la forma de iconos como la silla Belloch de Lagranja, el taburete Luco de Martín Azúa o la lámpara Scantling de Mathias Hahn.
Se ha creado en el hotel REC un concepto de hospitalidad muy cercano y fresco. Con el objetivo de que el cliente se sintiera cómodo y relajado durante toda su estancia. También gracias a una imagen gráfica “amiga”, sencilla y directa. Pero también infinitamente rica gracias a que puede ser “customizada” con materiales, texturas y formas.
Aprovechando su experiencia como galerista (fundador de la primera galería de diseño de Barcelona, Il·lacions) ha querido dotar al proyecto, además, de una fuerte presencia artística. Con la intervención de varios creadores barceloneses con los que generar una propuesta rica y de calidad. Que presume de un carácter singular y marcadamente local.
El arte del hotel REC
El REC ha contado con la participación de 4 creadores “residentes” que se han vinculado estrechamente a este hotel de diseño desde sus inicios. Con su talento han contribuido notoriamente a enriquecer y desarrollar la identidad del REC. Añadiendo diversidad y carácter.
Bea Schulze, fotógrafa, ha documentado a lo largo de 3 años todo el proceso de gestación y desarrollo del proyecto. Desde los primeros momentos de la excavación, con el hallazgo de restos arqueológicos, y a lo largo de toda la concepción y la posterior construcción del edificio.
“Con sus fotografías ha sido testigo y escriba meticulosa y perseverante de una obra tan compleja y dilatada en el tiempo”, nos explican desde REC. Como resultado, se puede disfrutar de decenas y decenas de fotografías que recuerdan e ilustran todo el proceso. Y que están presentes en las habitaciones, los pasillos y en los elementos impresos de la imagen corporativa.
Incombustible y desacomplejado, ha realizado el supermural de bienvenida a planta baja (de 15 metros de largo) acompañado por los motivos texturados de los cristales de fachada. En todas las plantas de habitaciones ha regalado una puerta de neón hacia habitaciones imaginarias, y en la planta 1 ha querido dejar un mural de 8 metros con ojo de neón y flows acuáticos improvisados.
Como estallido final, su obra también se encuentra en el techo del Lounge, en el último piso. Una colección de símbolos minerales y de agua realizados en neón, y una maraña de líneas y ondas que generan una pieza artística en toda su superficie. Y que hemos escogido como imagen de apertura.
Marga López
Marga López, con su dibujar preciso y paciente, ha elaborado un delicado plano del barrio con todo lujo de detalles. Ha customizado también el logo del hotel de diseño con su estilo “orgánico” característico.
Y ha creado diferentes ilustraciones que se encuentran en los cojines, la tote-bag o enmarcadas en las habitaciones.
Sergi Delgado
Sergi Delgado, infatigable y prolífico, ha colaborado en la comunicación visual del hotel, desarrollando cuatro tipografías para dotar de identidad los números de habitación y los de planta.
Para las puertas de las habitaciones ha utilizado unos motivos “fluidos” con la esencia del pop-art. Mientras en los pasillos cambia el registro con elaboraciones de trazas geométricas que se han materializado en listones de madera, integrándose a la perfección con los techos de los pasillos. Hasta el más pequeño detalle enriquece este hotel de diseño.
Colaboraciones multidisciplinares
Pero para ser un hotel de diseño, REC tenía que buscar una intervención más “al completo”, en la que contar con múltiples disciplinas.
Michael Roschach
“Ve y piensa diferente”. Este artista ha creado una pieza escultórica altamente evocadora. Que muestra de forma simbólica el paso del tiempo bajo nuestros pies. A partir de un hormigón compactado manualmente, al modo más tradicional. Como nos ha explicado Roschach, “El REC es un barrio con mucha historia, y la idea es reflejarlo de esta manera”.
40 Plumas
Estos artesanos del vidrio han aportado su conocimiento en la fabricación de los vasos, que provienen del reciclaje de botellas de vidrio de diferentes orígenes y han sido personalizados con el logo del hotel.
Josep Abril, emblemático diseñador de moda de Barcelona, también ha sido invitado a participar en el diseño de vestuario, aportando una propuesta rompedora y desenfadada.
El “no-uniforme” consiste en vestir al personal como si fuera cualquiera que acabara de entrar por la puerta. Con camisetas, pantalones casuales, peto y sudaderas. Con un estilo muy urbano y con la incorporación de la gráfica del proyecto estampada sobre las camisetas, es una forma empática de vincular cliente y personal y romper antiguas formalidades ya en desuso.
Miscelánea
La galería decana de ilustración y diseño en la ciudad ha sido invitada a comisariar la dotación de contenido artístico en las habitaciones. Aportando ilustradores que han creado obra específica vinculada a la filosofía del proyecto. Además de encargarse de la impresión y enmarcado de las más de 200 ilustraciones y fotografías expuestas en las habitaciones, la producción de 4 modelos de tote bags serigrafiadas y la gestión y producción de la mini guía de uso del hotel que, conjuntamente con el mapa del barrio, se obsequia a todos los clientes.
Laura Liedo, con su estilo personal y característico, nos ha hecho reflexionar sobre el recuerdo, las relaciones humanas cambiantes, fluctuantes como el recorrido de un río.
Mariadiamantes ha creado una serie de composiciones que generan circuitos y recorridos. Compara el agua que fluye con la gente que fluye por el hotel a través de la repetición de un módulo geométrico.
Javier de Riba nos ubica en tiempos pasados por medio de frases hechas de épocas anteriores y relacionadas con la aportación de agua a la ciudad, como: “Aigua passada no mou molí” (“Agua pasada no mueve molino”) o “Aigua corrent cura la gent” (“Agua corriente cura a la gente”). Ambas, aparte de expresar hechos evidentes, tienen un componente poético interesante, ilustrando en la tipografía el movimiento del agua sin perder legibilidad.
Marina Capdevila nos traslada a su mundo personal, en el que los protagonistas siempre son abuelos de avanzada edad pero que muestran un espíritu joven y divertido. En este caso, las ilustraciones representan a dos personajes que están tomando unos vermuts solos, algo que puede ser habitual en un hotel. Pero las dos ilustraciones funcionan también una al lado del otra, generando un diálogo.
Para más información visiten: Bea Schulze Photography, Joan Tarragó, Marga López, Sergi Delgado, Michael Roschach, 40plumas, Josep Abril, Miscelánea, Laura Liedo, Mariadiamantes, Marina Capdevila
Vía: Diariodesign
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