En Marset están convencidos de que hacen algo más que lámparas. Cuidan la luz en sus distintos matices y efectos, para crear atmósferas con carácter, ayudando a mejorar la calidad de vida de las personas.
De ello, precisamente, sale su vocación por el buen diseño. Es decir, por un producto de formas austeras que genera una luz bella y creadora de efectos. Buen diseño entendido como la ejecución impecable de cada proyecto, a lo cual dedican sus más grandes esfuerzos. Porque buscan un objeto bien hecho, que sea así mismo capaz de innovar y sorprender, de emocionar y acompañar. Sus lámparas son, ante todo, productos tangibles capaces de perdurar en el tiempo.
Mediante el rigor técnico y la creatividad, con el fin de descubrir nuevas funcionalidades y aportar otros usos, Marset mira hacia delante. De esa visión inquieta y multidireccional, de la curiosidad y la capacidad para imaginar lo que está por venir, surgen las distintas piezas de la colección, marcada por la autenticidad, en una simplicidad revestida de sentido o en el factor decorativo integrado con intención de sobriedad.
Su empresa ha sabido permanecer y reinventarse a lo largo de los años, y lo seguirá haciendo. Nacida en la década de los años 40 como empresa familiar dedicada a la fundición de metales, Marset se afianza en décadas de experiencia para constituirse actualmente en una marca joven que tiene una sólida presencia y vocación global. Sus productos se encuentran en más de 40 países y, en cada nueva incursión, acude a diseñadores de procedencia diversa y proyección internacional.
Aquí les dejo su página web: Marset
De ello, precisamente, sale su vocación por el buen diseño. Es decir, por un producto de formas austeras que genera una luz bella y creadora de efectos. Buen diseño entendido como la ejecución impecable de cada proyecto, a lo cual dedican sus más grandes esfuerzos. Porque buscan un objeto bien hecho, que sea así mismo capaz de innovar y sorprender, de emocionar y acompañar. Sus lámparas son, ante todo, productos tangibles capaces de perdurar en el tiempo.
Mediante el rigor técnico y la creatividad, con el fin de descubrir nuevas funcionalidades y aportar otros usos, Marset mira hacia delante. De esa visión inquieta y multidireccional, de la curiosidad y la capacidad para imaginar lo que está por venir, surgen las distintas piezas de la colección, marcada por la autenticidad, en una simplicidad revestida de sentido o en el factor decorativo integrado con intención de sobriedad.
Su empresa ha sabido permanecer y reinventarse a lo largo de los años, y lo seguirá haciendo. Nacida en la década de los años 40 como empresa familiar dedicada a la fundición de metales, Marset se afianza en décadas de experiencia para constituirse actualmente en una marca joven que tiene una sólida presencia y vocación global. Sus productos se encuentran en más de 40 países y, en cada nueva incursión, acude a diseñadores de procedencia diversa y proyección internacional.
Aquí les dejo su página web: Marset
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