El mal estado en el que se encontraba el piso hacía imposible recuperar ningún elemento anterior. Todo en el piso: la distribución, las instalaciones, ventanas y puertas, se estrenan en un piso que ahora cuenta con una cocina abierta conectada a un luminoso salón comedor, dos baños, tres habitaciones y una terraza recuperada tras abrir la antigua galería.
Con el cambio de distribución se eliminaron las paredes del hall aunque la entrada sigue contando con intimidad gracias a un módulo de roble, formado con numerosos listones de madera dispuestos como un filtro para dejar pasar la luz desde el salón, y que ahora es una de las piezas con más personalidad de la casa.
En el salón, no hay barrera para la luz, gracias a los muebles ligeros y las paredes blancas que reflejan esta luz.
El sofá gris se completa con dos sillones, también grises, con brazos de madera. Las notas de color vienen de la pared, con dos láminas de formas abstractas y tonos pastel.
La cocina no cuenta con puerta de separación al salón pero la estructura de la entrada y el cambio de suelo, con una baldosa que imita el acabado hidráulico, sirven de separación natural al comedor y al salón. También ayuda la coherencia visual de la cocina con estas estancias gracias a sus muebles blancos y los detalles de madera en los taburetes y en la barra de desayunos.
En el cuarto de baño principal se diseñó un mueble a medida sobre el lavabo con acabado roble y espejo, para aprovechar la balda que genera la cisterna empotrada del inodoro y que aprovecha la zona de lavabo.
En el dormitorio principal se forró la zona del cabecero con la misma tarima empleada en el suelo, creando así una piel continua que recibe la cama.
En el dormitorio juvenil se optó por la utilización de papel pintado en tonos turquesa, contrastando con el hormigón de la viga y el pilar que, como en el resto de la casa, se han sacado a la luz. En el segundo baño también se ha usado el turquesa como color de las juntas del azulejo cuadrado blanco. Un recurso muy eficaz para dar color a un baño blanco.
En el segundo dormitorio doble se aprovecharon los huecos marcados por los pilares de hormigón para encajar una estantería que da apoyo de almacenaje al armario a medida.
El estilo nórdico es el que marca la decoración de todo el piso en el que predomina el blanco y los tonos neutros, y en donde las notas de color se reserva a los textiles.
Un estilo, el nórdico, que demuestra que llegó para quedarse porque es el que mejor encaja con las medidas de los pisos reales y con nuestra forma de vida hoy.
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