Puede que esté pensando en cambiar un radiador de sitio o directamente cambiar la calefacción de su casa. Calcule el precio en unos segundos.
Tipos de calefacción eléctrica
Acumuladores eléctricos
Como el nombre indica, los acumuladores de calor están diseñados para acumular energía durante las horas en las que la tarifa eléctrica es más económica. Esto suele coincidir con el horario nocturno, lo que significa que por la noche almacenará calor e irá desprendiéndolo durante todo el día. Las horas las puede programar adaptándolas a sus necesidades. Es una opción muy interesante para quienes estén en casa todo el día, pues los aparatos desprenderán calor la mayor parte del tiempo.
Ventajas: ahorro energético para aquellos consumidores que necesitan poner calefacción eléctrica en sus viviendas.
Radiadores eléctricos de bajo consumo
Con esta denominación nos referimos a esos radiadores que funcionan con un líquido en su interior, generalmente aceite, que hace como elemento caloportador. ¿Qué significa esto? Que este radiador conserva mucho mejor el calor una vez se ha desenchufado el aparato. Por eso muchas veces se les conoce como radiadores de bajo consumo o radiadores de aceite. Sin embargo hay otro aspecto a tener en cuenta. Al mismo tiempo que conservan muy bien el calor, también hay que saber que hasta que logran la temperatura esperada tarda un tiempo, tiempo que consumirá energía eléctrica y que incrementará la factura de la luz.
Por lo tanto en este caso, habría que elegir radiadores eléctricos de bajo consumo en circunstancias donde es necesario tener la calefacción encendida por periodos mayores a 5 horas.
Ventajas: son más económicos que otro tipo de radiadores eléctricos. No emiten ruidos. Son portátiles. No generan residuos.
Inconvenientes: Tardan un tiempo en estar al 100% por lo tanto estarán consumiendo energía sin ofrecer calor. Son grandes. Se recomienda como sistema complementario a otra tecnología, nunca como el único.
Radiadores eléctricos de tecnología seca
Este tipo de radiadores tienen una capa exterior de aluminio con placas de capacidad calorífica donde se encuentran las resistencias que provocarán el calor. Quienes instalen este tipo de aparatos en su casa notarán cómo el radiador se calienta rápidamente por lo que se recomiendan sobre todo para estancias en las que es necesario que tomen temperatura en la mayor brevedad posible.
Ventajas: rapidez en calentamiento.
Desventajas: no recomendables para espacios grandes.
Radiadores eléctricos por infrarrojos
Aunque su uso no está muy extendido en el interior de las viviendas es una opción muy interesante y sobre todo económica. Se trata de un sistema de calefacción en el cual el calor se transmite por irradiación con rayos infrarrojos. Las placas se colocan en el techo de la estancia, las que se encargan de emitir estos rayos que calientan objetos, personas y espacios en general. Una de las razones para apostar por este sistema de calefacción eléctrica es que es capaz de mantener el nivel de humedad idóneo para las personas, sin resecar el ambiente como si hacen otros sistemas.
Ventajas: bajo consumo. Máxima eficiencia energética. Nulo mantenimiento. Sistema eléctrico sin necesidad de aplicar la potencia contratada.
Si le interesa cambiar su actual sistema de calefacción y quiere optar por la electricidad, puede pedir presupuestos a profesionales de su zona, ellos le ayudarán a tomar la decisión correcta.
Tipos de calefacción eléctrica
Acumuladores eléctricos
Como el nombre indica, los acumuladores de calor están diseñados para acumular energía durante las horas en las que la tarifa eléctrica es más económica. Esto suele coincidir con el horario nocturno, lo que significa que por la noche almacenará calor e irá desprendiéndolo durante todo el día. Las horas las puede programar adaptándolas a sus necesidades. Es una opción muy interesante para quienes estén en casa todo el día, pues los aparatos desprenderán calor la mayor parte del tiempo.
Ventajas: ahorro energético para aquellos consumidores que necesitan poner calefacción eléctrica en sus viviendas.
Radiadores eléctricos de bajo consumo
Con esta denominación nos referimos a esos radiadores que funcionan con un líquido en su interior, generalmente aceite, que hace como elemento caloportador. ¿Qué significa esto? Que este radiador conserva mucho mejor el calor una vez se ha desenchufado el aparato. Por eso muchas veces se les conoce como radiadores de bajo consumo o radiadores de aceite. Sin embargo hay otro aspecto a tener en cuenta. Al mismo tiempo que conservan muy bien el calor, también hay que saber que hasta que logran la temperatura esperada tarda un tiempo, tiempo que consumirá energía eléctrica y que incrementará la factura de la luz.
Por lo tanto en este caso, habría que elegir radiadores eléctricos de bajo consumo en circunstancias donde es necesario tener la calefacción encendida por periodos mayores a 5 horas.
Ventajas: son más económicos que otro tipo de radiadores eléctricos. No emiten ruidos. Son portátiles. No generan residuos.
Inconvenientes: Tardan un tiempo en estar al 100% por lo tanto estarán consumiendo energía sin ofrecer calor. Son grandes. Se recomienda como sistema complementario a otra tecnología, nunca como el único.
Radiadores eléctricos de tecnología seca
Este tipo de radiadores tienen una capa exterior de aluminio con placas de capacidad calorífica donde se encuentran las resistencias que provocarán el calor. Quienes instalen este tipo de aparatos en su casa notarán cómo el radiador se calienta rápidamente por lo que se recomiendan sobre todo para estancias en las que es necesario que tomen temperatura en la mayor brevedad posible.
Ventajas: rapidez en calentamiento.
Desventajas: no recomendables para espacios grandes.
Radiadores eléctricos por infrarrojos
Aunque su uso no está muy extendido en el interior de las viviendas es una opción muy interesante y sobre todo económica. Se trata de un sistema de calefacción en el cual el calor se transmite por irradiación con rayos infrarrojos. Las placas se colocan en el techo de la estancia, las que se encargan de emitir estos rayos que calientan objetos, personas y espacios en general. Una de las razones para apostar por este sistema de calefacción eléctrica es que es capaz de mantener el nivel de humedad idóneo para las personas, sin resecar el ambiente como si hacen otros sistemas.
Ventajas: bajo consumo. Máxima eficiencia energética. Nulo mantenimiento. Sistema eléctrico sin necesidad de aplicar la potencia contratada.
Si le interesa cambiar su actual sistema de calefacción y quiere optar por la electricidad, puede pedir presupuestos a profesionales de su zona, ellos le ayudarán a tomar la decisión correcta.
Vía: Blog Plan Reforma
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