Cuando el invierno se hace presente en nuestras viviendas la temperatura empieza a descender abruptamente convirtiendo a los ambientes en lugares poco agradables y es en ese momento, para contrarrestar la situación, en donde recurrimos a los diferentes sistemas de calefacción.
Los radiadores eléctricos son considerados no sólo como una de las alternativas de climatización más eficientes sino también como uno de los artefactos más saludables para el organismo de los individuos; estas características son fundamentales, principalmente si sabemos que la mayoría de los calefactores son contaminantes y causantes de diferentes trastornos respiratorios y de alergias.
Los radiadores eléctricos se presentan a sí mismos como elementos que forman parte del diseño interior de un espacio determinado, sobresalen no sólo por su funcionalidad sino también por el valor ornamental que poseen; aunque hoy parezca extraño, existen infinidad de modelos diseñados para poder “encajar” decorativamente en los diferentes ambientes de las dependencias, cuando antes los radiadores eléctricos era resistidos justamente por su mala imagen. Entre los modelos más destacados podemos mencionar a los radiadores de parrilla, los cuales suplantaron favorablemente a los típicos panelados y laminados; las dimensiones de los radiadores de parrilla se adaptan mucho mejor al espacio disponible y resultan ser más elegantes y agradables a la vista. El mercado nos ofrecen un sinfín de colores en sus modelos y, de acuerdo a las marcas, podemos encontrar una paleta cromática que oferta hasta 80 tonos distintos; actualmente, la forma y el diseño de los radiadores eléctricos es fundamental para crear y diferenciar atmósferas dentro de un mismo lugar, algo que no podíamos realizar con los modelos antiguos.
Tipos de radiadores eléctricos
Los radiadores eléctricos pueden diferenciarse en tres grandes grupos, aunque cualquiera de ellos puede cumplir eficientemente con la función para la que fueron creados, climatizar; los modelos más habituales son los que están compuestos por módulos o materiales de acero, suelen encontrarse en las antiguas residencias. Los más antiguos se fabricaban en acero fundido, su diseño es similar al de un acordeón y sus medidas cambian dependiendo al diseño modular que permite agregar más elementos; de todas formas, los instaladores de calefacción calculan previamente la cantidad de módulos necesarios para lograr una correcta climatización en la habitación en función de su orientación y otros factores determinantes. Es muy común hoy divisar radiadores eléctricos de acero, pero de un acero mucho más ligero y con un mejor coeficiente de transmisión de calor que el hierro, estos se fabrican en paneles huecos, es que por sus tubos en donde circula el agua caliente proveniente de la caldera.
Por último, tenemos los radiadores de frente liso, los mismos están destinados a ocupar viviendas de personas alérgicas debido a que no llevan aletas de convección en su diseño evitando de esta forma retener polvo en su estructura.
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