jueves, 2 de mayo de 2019

Mesas compartidas o mesas comunales en restaurantes y bares

Las mesas comunales, en restaurantes y bares, son una tendencia exportada del extranjero que desde hace unos años, encontramos en bares, cafeterías y restaurantes de España. Le contamos hoy las claves de esta tendencia, su origen y los pros y contras para tomar la decisión de introducirla en su restaurante.
Donde primero encontramos las mesas compartidas o shared tables fue en los restaurantes asiáticos, donde, por falta de espacio y costumbre, era común que en Japón, una misma mesa sirviera para atender a distintos comensales, que venían al local de forma independiente. También la encontramos en restaurantes de Centro Europa, principalmente en cervecerías o establecimientos informales, en los que la mesa compartida convivía con bancos corridos.

¿Qué nos motiva para introducir una mesa compartida en nuestro restaurante?

Estética y filosofía de marca

Y no sólo en la decoración, también en la actitud. Además de mostrar nuestro punto social, una shared table nos permite decorar con objetos de centro y complementos y combinar con sillas de distinto estilo o bancos corridos, que en mesas más pequeñas no podríamos introducir.
Una mesa compartida, le sirve para expresar su cultura de “compartir los alimentos”. A otros, les permite atender a clientela individual y con actitud moderna, que buscan comer bien, rápido y sentirse cosmopolitas.

Economía

Es cierto que una mesa grande nos exige tener cierto espacio, pero también si contamos con ella, podemos ajustar la ubicación de los comensales.

Rotación

Según un estudio realizado en el 2009 entre los restaurantes del Soho de NYC, los restaurantes con menos de 12 pulgadas (30cm.) de espacio entre mesa y mesa, tenían más rotación y los comensales pasaban menos tiempo dentro del local. Si queremos un espacio que se llene y nos permita servir en rotación durante una misma jornada.

Combinación de espacios

Una mesa compartida nos permite dotar a nuestro restaurante de distintos ambientes a lo largo del día: Desayunos individuales por la mañana, comidas de empresa o trabajo y cenas de grupos de amigos, que buscan disfrutar de una charla en grupo y un rato de homenaje.

Las propuestas para introducir una mesa compartida

Sea cual sea nuestro interés por introducir este tipo de mesas, le ofrecemos distintas propuestas para que las tenga en cuenta y además de actitud, mantenga su estilo deco en sus interiores.

Inviera en madera

Es importante que si va a contar con una shared table, invierta en ella. Nos gustan además con madera porque da un estilo cálido y un ambiente más social a su interior. Y mientras más natural y antigua, más calidez estará aportando a sus clientes.

Que se vea

No se corte, no la esconda. Va a ser el mueble que más veamos cuando entremos en su espacio y no habrá mantel completo que lo cubra, por tanto, estará siempre a la vista y recurrirá a mantelería individual. Esa madera, que se vea.

Combínela

Si cree que su clientela no está aún preparada para compartir mesa y banco, si cree en un espacio versátil, piense en sillas y taburetes. Y combínelos, mézclelos y llene de actitud su salón. Contraste la naturalidad de la mesa con banquetas y sillas ligeras y de metal. Eso si: Piense en el espacio y elija para ella sillas sin reposabrazos y taburetes. Ganará en metros y se lo pondrá más fácil a los que se vayan incorporando a su espacio.

A medida

Piense que es una inversión para largo tiempo y piense que mesas muy anchas impiden el acceso al centro de la misma. Tome nota y dedique un tiempo a sacarle todo el partido a su espacio. Le recomendamos que la tabla la encargue a medida. Existen muchas opciones y acabados, y siempre podrá para su restaurante, encargar una mesa de grandes dimensiones a medida.

Vía: MisterWils

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