La mantelería como arte
Es frecuente utilizar un bajo-mantel o muletón con finalidades tan importantes como evitar el deslizamiento del propio mantel superior, evitar asimismo ruidos desagradables durante el servicio y la comida, proteger la mesa de golpes, impedir que el derrame de líquidos pueda ocasionar desperfectos en el acabado del mueble, así como proteger la mesa de platos y demás utensilios calientes, evitar humedades por el derrame de líquidos y proteger la mesa de golpes.
Según los tratados de restauración y protocolo un mantel debe ser lo suficientemente grande como para cubrir al completo la mesa pero sin llegar a establecer contacto con el suelo. Por lo general este elemento no debe sobrepasar el tercio de la distancia que haya desde la mesa hasta el suelo.
El mantel puede conjuntarse con los diferentes materiales que componen la mesa, así sea con la vajilla, cubiertos, elementos florales y por supuesto con las servilletas. El color más utilizado suele ser el blanco, las distintas tonalidades de los colores pastel o incluso la gama del marfil. También es relativamente frecuente el uso de manteles con cierta carga temática en determinadas celebraciones como Navidad, fiestas de cumpleaños, etc. Por su parte las servilletas deben estar a juego con el mantel, o en su defecto ir conjuntadas con él. El lugar de la colocación de ésta es variable según la fuente consultada, aunque si es cierto que parece existir cierta avenencia acerca de que no debe ser dispuesta sobre el plato o en el interior de la copa o vaso.
Aparte de su producción en núcleos industriales existe una destacada representación de la mantelería desde el punto de vista artesanal en determinados enclaves mundiales, incluyendo técnicas de bordado, troquelado y diferentes prácticas de costura.
Vía: Wikipedia
No hay comentarios:
Publicar un comentario