miércoles, 2 de enero de 2019

Decorar con tapices de macramé

El macramé o el arte de hacer nudos regresa con fuerza para ocupar los espacios más destacados del hogar y decorar las paredes aportando su gusto por lo natural y lo artesanal.
En la decoración como en la moda las tendencias son algo cíclico que regresa una y otra vez para inundar nuestros hogares con propuestas antiguas pero actualizadas, como los tapices de macramé, una corriente que causó furor en los años setenta y que ahora parece cobrar el mismo protagonismo.
Este arte decorativo a base de nudos de diversas formas volvió tímidamente hace unos años y por entonces nadie imaginaba que su reinado iba a ser tan longevo, pero la realidad es que se ha convertido en la tendencia más rompedora del año. De cuerdas, de lana o de trapillo, o incluso mezclando en una misma pieza texturas y técnicas diferentes, los tapices de macramé son la gran apuesta de la temporada, y no hay cuenta de Instagram que se precie que no muestre esta adquisición entre sus imágenes.

Tapices antiguos

El macramé es una técnica artesanal persa con más de cuatro mil años de historia y que consiste en hacer nudos decorativos que, a diferencia del crochet, se elaboran directamente con las manos sin más instrumentos o herramientas.

Dado que existen hasta cincuenta variedades de nudos combinables entre sí, y que la técnica admite todo tipo de colores y materiales, las posibilidades a la hora de decorar los espacios con estas obras de arte textil son infinitas. Actualmente se utiliza para diversos objetos, desde soportes para macetas, hasta collares, pulseras, hamacas, tapices, y un largo etcétera.

Tapices de macramé: cómo usarlos en decoración

Este tipo de tapices tienen la peculiaridad de adaptarse a casi todo tipo de estilos, aunque donde mejor encajan es en aquellos que apuestan por los elementos étnicos.

Eso sí, a pesar de su marcado aspecto boho, casan muy bien también en espacios nórdicos, neutros, rústicos, vintages y étnicos.

Aunque los más buscados son los de colores crudos, existen infinitas variedades: geométricos, coloridos, con estampados, monocromáticos, degradados… Y todos ellos admiten un sinfín de materias primas: hilo, trapillo, cuerda, algodón, lino, seda, lana, etc., así como abalorios de madera o metal.

Con este tipo de objetos es mejor no abusar. O sí. Lo ideal es poner tapices en pequeñas dosis para conseguir un aspecto relajado y sutil. Pero también puede aportar una nota original en una pared apostando por el total look, intercalando tapices de diferentes tamaños, colores y formatos para crear interesantes composiciones.

A la hora de ubicarlos en la casa de rienda suelta a su creatividad. Puede usarlos simplemente para colgarlos de las paredes como si fueran cuadros o para que ejerzan la función de otros objetos de la casa. Si es un tapiz suficientemente grande puede usarlo como cabecero de la cama, pero también puede recurrir a la originalidad y hacer uno a partir de una rama de árbol.

Y no se olvide de ninguna estancia, la cocina o el cuarto de baño son lugares que también merecen lucir un tapiz, siempre que sea adecuado en cuanto a colores, texturas y tamaños.

Más allá de los tapices

El macramé va ganando cada vez más adeptos. El auge del sentimiento ecológico y la tendencia por los productos artesanales –unido a otros factores- ha derivado en el gusto por el arte de los nudos que va más allá de los tapices. Esta tendencia puede verse en una gran variedad de objetos:

Maceteros colgantes: la máxima representación de que la ecología, la decoración y lo artesanal van de la mano. Los hemos visto con diseños sencillos en colores neutros o en composiciones equilibradas formando auténticos paraísos naturales dentro del hogar. Para decoraciones más arriesgadas, los colores flúor y los degradados son una buena opción.

Hamacas y columpios: El mobiliario se deja seducir también por el macramé, creando –a base de nudos bien dispuestos- hamacas, sillas y columpios que invitan al descanso y al contacto con lo natural. Podemos verlos tanto en el interior como en el exterior e incluso en el universo de los bebés, con cunas y mecedoras colgantes.

Cortinas y biombos de macramé con los que separar y delimitar zonas con estilo. Tanto en vivos colores como en neutros serán el broche de oro para decoraciones boho chic y noretnic.

Textiles: Junto con el crochet, el macramé puede utilizarse también para renovar la imagen de los textiles del hogar. Con diseños a medida podemos tapizar sillas, hacer fundas para cojines o mantas decorativas para la cama o el salón.

Accesorios para mascotas: Desde collares, hasta mantitas, hamacas para gatos, mordedores… existen ideas muy interesantes para mimar a nuestros animales.

El macramé en tapices y otros objetos es una tendencia versátil y adaptable a varios estilos, permite jugar con los diseños e innovar. Pero lo mejor de todo es que cualquiera puede hacer su propio tapiz sin necesidad de usar herramientas extra o de contar con conocimientos técnicos. En internet encontrará infinidad de tutoriales que le explican cómo elaborar su tapiz de macramé paso a paso.

Vía: Hogar Mapfre

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