Al añadir decoración de pared e intentar incorporar diversas texturas para añadir cosas interesantes a las paredes, existen los tapices que son una maravillosa manera de añadir arte a las paredes, dormitorios, puertas... Existen miles de dibujos y diseños que funcionan con cualquier estilo.
Son obras de arte elaborados en un telar. Al tejer, tenemos la limitación de que o es posible ver la pieza entera mientras se va tejiendo ya que se va enrollando. Este hecho obliga a tener que guardar en la memoria la composición global de la obra, lo que, de alguna forma, la enriquece y la confiere más valor y originalidad. En el telar no se puede corregir lo hecho, o bien se corta o se desecha, o bien se crea una composición que asuma y transforme el error.
La mayoría de los tapices tienen un dobladillo para barra de cortina cosido en el forro del dorso. Además llevan cosidas un número variado de trabillas en la parte superior. La barra de cortina es un método típico y sencillo para colgar un tapiz. La longitud de la barra puede ser la que se desee y el diámetro depende del grosor y el tamaño del tapiz.
Un tapiz acabado con trabillas ha de estar muy bien cosido porque sino, al estar colgado durante un tiempo, tenderá a curvarse entre cada trabilla, es mejor colocarlo con un dobladillo para que pase la barra o un listón, o también existe la opción de coserle unos velcros.
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