La fusión de estilos da lugar a determinadas combinaciones que generan ambientes atrevidos y originales, pero, sobre todo, muy personales. Es el caso del Boho Chic. Se trata de un estilo que aporta mucha libertad a la hora de decorar, gracias al uso de elementos antiguos, reciclados y hasta de diferentes países de procedencia.
El Boho Chic se sitúa entre lo viejo y lo moderno, aportando un aire natural y romántico a la estancia, y creando ambientes acogedores, particulares y llenos de personalidad. Aparentemente despreocupado pero con una imagen cuidada al milímetro, éste combina estilos, colores y texturas para dar lugar a espacios atrevidos y alegres.
Los inicios de este estilo son un poco inciertos, sin embargo, lo que sí que está claro es su mezcla de aires bohemios y hippies, que denotan alegría, sin dejar de lado la elegancia, pese a su imagen descuidada. El Boho Chic combina, además, colores, texturas y muebles de diferentes épocas y clases, abarcando desde lo antiguo a lo moderno.
Gracias a su uso de muebles y complementos reciclados, antiguos o de segunda mano, se trata de un estilo que perfecto para todos los bolsillos. Además, al ser combinable con otros estilos como el rústico, el vintage o el clásico renovado, se adapta a todos los gustos.
Azules, verdes, rojos, naranjas, amarillos, violetas, fucsias… y demás colores alegres y vibrantes se combinan con los tonos neutros de moda: marrones y, sobre todo, blancos. Los espacios Boho Chic son espacios muy luminosos, llenos de vida, por lo que el color blanco es, sin duda, indispensable como base a la hora de decorar. Luego, los tonos vivos e intensos se encargarán de crear originales y atractivos contrastes.
En el estilo Boho Chic predominan las tendencias actuales en cuanto a materiales. Así, los materiales naturales como la madera, el metal, el cristal, la piel o la forja serán los principales protagonistas.
Pese a la alegría y vitalidad de sus colores, se trata de un estilo simple y romántico, por lo que el uso de materiales de aspecto natural y relajante está más que justificado. Sin embargo, estos no están solos. Acabados decapados, textiles como la seda, el terciopelo, el ganchillo o los bordados, así como muebles tapizados y objetos de cerámica compondrán las estancias.
Si bien este estilo se caracteriza por su gran libertad creativa, existen una serie de muebles que a menudo se repiten en este tipo de viviendas. Piezas con sillas vintage, sillones tapizados, aparadores o alacenas decapados, baúles antiguos, utilizados como mesas de centro o mesillas, entre otras.
Las camas Boho Chic se definen por sus cabezales de madera o forja, que dan a la estancia un aspecto acogedor.
Los textiles son un elemento indispensable en cualquier hogar, sea cual sea su estilo. Sin embargo, algunas de estas piezas toman especial relieve en los ambientes bohemios. Así, no pueden faltar las alfombras en pasillos, salones, dormitorios, baños y hasta cocinas. Estas, no sólo visten los suelos, también dan un toque de color a la estancia y la hacen mucho más acogedora.
Los cojines, por su parte, inundan salones, dormitorios y exteriores, aportando una nota de confort. Estos, no sólo están presentes en sofás, sillones y camas. A menudo aparecen tirados por el suelo, para disfrutar de los momentos más informales y relajados con familia e invitados, como los ratos de lectura, de ocio o descanso.
Cuadros, esculturas o hasta tapices son sólo algunos de los muchos complementos decorativos que podemos encontrar en los hogares Boho Chic. Otros como jarrones de cerámica, marcos antiguos, vajillas, lámparas y espejos son, incluso, más comunes.
En la mayoría de ocasiones, se trata de objetos de segunda mano, antiguos o reciclados que dan un aspecto más acogedor y personalizan de manera original la estancia. Pero, también, abundan los objetos conseguidos en viajes o las cosas hechas a mano.
Por último, también no hemos de olvidarnos de dejar nuestras colecciones de libros, discos y hasta películas a la vista, de tal manera que otorguen un toque bohemio al espacio. Este aire bohemio también lo conseguiremos colocando velas y candelabros por la estancia, siempre vigilando nuestra seguridad.
Vía: Fotocasa
El Boho Chic se sitúa entre lo viejo y lo moderno, aportando un aire natural y romántico a la estancia, y creando ambientes acogedores, particulares y llenos de personalidad. Aparentemente despreocupado pero con una imagen cuidada al milímetro, éste combina estilos, colores y texturas para dar lugar a espacios atrevidos y alegres.
Los inicios de este estilo son un poco inciertos, sin embargo, lo que sí que está claro es su mezcla de aires bohemios y hippies, que denotan alegría, sin dejar de lado la elegancia, pese a su imagen descuidada. El Boho Chic combina, además, colores, texturas y muebles de diferentes épocas y clases, abarcando desde lo antiguo a lo moderno.
Gracias a su uso de muebles y complementos reciclados, antiguos o de segunda mano, se trata de un estilo que perfecto para todos los bolsillos. Además, al ser combinable con otros estilos como el rústico, el vintage o el clásico renovado, se adapta a todos los gustos.
Azules, verdes, rojos, naranjas, amarillos, violetas, fucsias… y demás colores alegres y vibrantes se combinan con los tonos neutros de moda: marrones y, sobre todo, blancos. Los espacios Boho Chic son espacios muy luminosos, llenos de vida, por lo que el color blanco es, sin duda, indispensable como base a la hora de decorar. Luego, los tonos vivos e intensos se encargarán de crear originales y atractivos contrastes.
En el estilo Boho Chic predominan las tendencias actuales en cuanto a materiales. Así, los materiales naturales como la madera, el metal, el cristal, la piel o la forja serán los principales protagonistas.
Pese a la alegría y vitalidad de sus colores, se trata de un estilo simple y romántico, por lo que el uso de materiales de aspecto natural y relajante está más que justificado. Sin embargo, estos no están solos. Acabados decapados, textiles como la seda, el terciopelo, el ganchillo o los bordados, así como muebles tapizados y objetos de cerámica compondrán las estancias.
Si bien este estilo se caracteriza por su gran libertad creativa, existen una serie de muebles que a menudo se repiten en este tipo de viviendas. Piezas con sillas vintage, sillones tapizados, aparadores o alacenas decapados, baúles antiguos, utilizados como mesas de centro o mesillas, entre otras.
Las camas Boho Chic se definen por sus cabezales de madera o forja, que dan a la estancia un aspecto acogedor.
Los textiles son un elemento indispensable en cualquier hogar, sea cual sea su estilo. Sin embargo, algunas de estas piezas toman especial relieve en los ambientes bohemios. Así, no pueden faltar las alfombras en pasillos, salones, dormitorios, baños y hasta cocinas. Estas, no sólo visten los suelos, también dan un toque de color a la estancia y la hacen mucho más acogedora.
Los cojines, por su parte, inundan salones, dormitorios y exteriores, aportando una nota de confort. Estos, no sólo están presentes en sofás, sillones y camas. A menudo aparecen tirados por el suelo, para disfrutar de los momentos más informales y relajados con familia e invitados, como los ratos de lectura, de ocio o descanso.
Cuadros, esculturas o hasta tapices son sólo algunos de los muchos complementos decorativos que podemos encontrar en los hogares Boho Chic. Otros como jarrones de cerámica, marcos antiguos, vajillas, lámparas y espejos son, incluso, más comunes.
En la mayoría de ocasiones, se trata de objetos de segunda mano, antiguos o reciclados que dan un aspecto más acogedor y personalizan de manera original la estancia. Pero, también, abundan los objetos conseguidos en viajes o las cosas hechas a mano.
Por último, también no hemos de olvidarnos de dejar nuestras colecciones de libros, discos y hasta películas a la vista, de tal manera que otorguen un toque bohemio al espacio. Este aire bohemio también lo conseguiremos colocando velas y candelabros por la estancia, siempre vigilando nuestra seguridad.
Vía: Fotocasa
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