SILLAS PARA TERRAZAS: PRINCIPALES MATERIALES
En función del espacio, hay sillas para terrazas que se adaptan mejor y otras que se adaptan peor. Por ejemplo, el metal es más recomendable para jardines grandes con porches o comedores fijos, donde esas sillas van a ocupar un espacio fijo durante todo el año, pues al ser más pesadas son más incómodas de mover. El mimbre está ganando terreno en pequeños espacios chill out de gusto urbano, también terraza o bajo porches. Aunque la madera no es muy utilizada en exteriores por el riesgo de deteriorarse, está irrumpiendo con fuerza la de teca, casi incorruptible y en un tono marrón miel muy elegante, propicio para tumbonas pero también en este tipo de sillas para terrazas. Finalmente, el plástico duro sólo es recomendable para comedores exteriores muy efímeros.
ACCESORIOS EN SILLAS PARA TERRAZAS
El estilo mismo que poseen las sillas para terrazas se puede matizar su diseño gracias a diferentes accesorios, que en algunos casos se consideran inseparables al propio asiento. Estos son algunos ejemplos:
Cojines: los hay para la espalda y para el asiento. Los primeros suelen ser más abultados y los segundos más planos, pero algo más rígidos. Añaden confort a modelos de metal, madera o mimbre que no lleven ya acolchado de por sí.
Fundas: además de decorar, pueden cubrir toda la silla o solo una parte, ya sea la zona de las patas o la del respaldo. Ayudan a preservar en buen estado las sillas para terrazas, que en espacios exteriores se deterioran más.
Sombrillas o parasoles: pese a que muchos comedores se sitúan bajo techo, en otras ocasiones se prefieren al aire libre pero bajo sombrillas o parasoles. Lo ideal es que concuerden con las sillas, al menos en color.
ACCESORIOS EN SILLAS PARA TERRAZAS
El estilo mismo que poseen las sillas para terrazas se puede matizar su diseño gracias a diferentes accesorios, que en algunos casos se consideran inseparables al propio asiento. Estos son algunos ejemplos:
Cojines: los hay para la espalda y para el asiento. Los primeros suelen ser más abultados y los segundos más planos, pero algo más rígidos. Añaden confort a modelos de metal, madera o mimbre que no lleven ya acolchado de por sí.
Fundas: además de decorar, pueden cubrir toda la silla o solo una parte, ya sea la zona de las patas o la del respaldo. Ayudan a preservar en buen estado las sillas para terrazas, que en espacios exteriores se deterioran más.
Sombrillas o parasoles: pese a que muchos comedores se sitúan bajo techo, en otras ocasiones se prefieren al aire libre pero bajo sombrillas o parasoles. Lo ideal es que concuerden con las sillas, al menos en color.
Vía: Westwing
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