Hoy les presentamos el último proyecto de Genoveva Carrión, el restaurante El Camerino en Valencia. Esta vez lo hace al frente de su nueva aventura profesional, el estudio de arquitectura y diseño Bodegón Cabinet.
Renovación por su 10º aniversario
El establecimiento se ubica en el emblemático barrio de Russafa. Para celebrar su décimo aniversario, la propiedad decidió renovar su imagen. Bodegón Cabinet partió de las sugerencias que evocan el propio nombre del local para desarrollar un proyecto que dota al espacio de un contenido conceptual firme.
¿Por qué El Camerino?
Un camerino es una estancia en la que los artistas se visten y maquillan antes de actuar. Es una “zona oculta”, en la que los actores comparten confidencias, miedos y celebran sus éxitos. Es el punto de encuentro y de transición entre bambalinas. Del camerino a la escena y de la escena al camerino, se desarrolla un universo paralelo e igualmente intenso al de la representación teatral. Éste es el hilo conductor que recorre todo el local.
La escena
Un pequeño mostrador con una escultural lámpara curvada recibe a los comensales. La encimera y el pie de la luminaria se han realizado con un bello terrazo artesanal proveniente de la firma mallorquina Huguet.
A continuación se encuentra la primera sala: “La Escena”. Tres nichos con forma de arco protagonizan este espacio, evocando la imagen de los palcos propios de estas tipologías.
Alrededor de su perímetro, se dispone un sinuoso sofá corrido, al que se alinean la mayor parte de las mesas.
En este primer ambiente es donde la paleta cromática abre su repertorio; desde el azul proveniente de la imagen corporativa original, al burdeos y al maquillaje propio de los escenarios de los teatros.
Las bambalinas
Para llegar a la segunda sala – “El Camerino” – hay que atravesar “las bambalinas”. Se trata de un espacio técnico que aloja la zona de cocina con el pase, y los baños. Una área ecléctica y de transición entre dos mundos.
El Camerino
De una atmósfera más escenográfica, en la que domina el burdeos, se pasa a otra más íntima, protagonizada por tonalidades azules. Este color, el favorito de la propietaria, se utiliza en un tono intenso. Pinta el zócalo que recorre toda la sala y enmarca las texturas originales del local.
Los textiles empleados para tapizar los paneles acústicos que envuelven la sala también tienen el color azul como base. Han sido diseñados en colaboración El Gallinero Studio, y cuentan con un diseño único en el que se hace referencia al concepto gastronómico del local.
La geometría redondeada de estos elementos evoca la iconografía propia del imaginario del tocador de un camerino; y crea un hilo conductor para introducir otros elementos como los espejos o los respaldos de una tipología nueva de sofá para esta sala.
El resultado del conjunto final se acerca mucho al concepto del bodegón. Es, ciertamente, una composición pictórica en la que se representan objetos ordenados en el espacio; haciendo uso del diseño, el cromatismo y la iluminación producen un efecto de armonía, bienestar y serenidad.
Crear bodegones con cada uno de sus proyectos y con ello dar soluciones personales a una casa, un hotel, un restaurante o un mueble es precisamente el objetivo principal del joven estudio barcelonés Bodegón Cabinet.
¿Por qué El Camerino?
Un camerino es una estancia en la que los artistas se visten y maquillan antes de actuar. Es una “zona oculta”, en la que los actores comparten confidencias, miedos y celebran sus éxitos. Es el punto de encuentro y de transición entre bambalinas. Del camerino a la escena y de la escena al camerino, se desarrolla un universo paralelo e igualmente intenso al de la representación teatral. Éste es el hilo conductor que recorre todo el local.
La escena
Un pequeño mostrador con una escultural lámpara curvada recibe a los comensales. La encimera y el pie de la luminaria se han realizado con un bello terrazo artesanal proveniente de la firma mallorquina Huguet.
A continuación se encuentra la primera sala: “La Escena”. Tres nichos con forma de arco protagonizan este espacio, evocando la imagen de los palcos propios de estas tipologías.
Alrededor de su perímetro, se dispone un sinuoso sofá corrido, al que se alinean la mayor parte de las mesas.
En este primer ambiente es donde la paleta cromática abre su repertorio; desde el azul proveniente de la imagen corporativa original, al burdeos y al maquillaje propio de los escenarios de los teatros.
Las bambalinas
Para llegar a la segunda sala – “El Camerino” – hay que atravesar “las bambalinas”. Se trata de un espacio técnico que aloja la zona de cocina con el pase, y los baños. Una área ecléctica y de transición entre dos mundos.
El Camerino
De una atmósfera más escenográfica, en la que domina el burdeos, se pasa a otra más íntima, protagonizada por tonalidades azules. Este color, el favorito de la propietaria, se utiliza en un tono intenso. Pinta el zócalo que recorre toda la sala y enmarca las texturas originales del local.
Los textiles empleados para tapizar los paneles acústicos que envuelven la sala también tienen el color azul como base. Han sido diseñados en colaboración El Gallinero Studio, y cuentan con un diseño único en el que se hace referencia al concepto gastronómico del local.
La geometría redondeada de estos elementos evoca la iconografía propia del imaginario del tocador de un camerino; y crea un hilo conductor para introducir otros elementos como los espejos o los respaldos de una tipología nueva de sofá para esta sala.
El resultado del conjunto final se acerca mucho al concepto del bodegón. Es, ciertamente, una composición pictórica en la que se representan objetos ordenados en el espacio; haciendo uso del diseño, el cromatismo y la iluminación producen un efecto de armonía, bienestar y serenidad.
Crear bodegones con cada uno de sus proyectos y con ello dar soluciones personales a una casa, un hotel, un restaurante o un mueble es precisamente el objetivo principal del joven estudio barcelonés Bodegón Cabinet.
Para más información visiten: El Camerino, Bodegón Cabinet
Vía: Diariodesign
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