viernes, 1 de febrero de 2019

Sobria y racional ampliación del Restaurante RDA por Carlos Segarra Arquitectos

El Restaurante Racó de l’Arnau es un establecimiento familiar, ubicado en Valencia, que ofrece una carta basada, principalmente, en arroces, pescados y productos de la zona, una propuesta que funciona muy bien en la ciudad. Debido a ello y al gran número de oficinas que hay a su alrededor, cada vez se hacía más evidente la necesidad de ampliar el local. Esta ampliación se realizó en la planta superior y el arquitecto Carlos Segarra, autor del proyecto, se basó “en la necesidad de ampliar el espacio como punto de partida para provocar una transición hacia una estética más sobria, racional y sencilla, que permitiera poner en primer plano la propuesta gastronómica del restaurante, basada en el producto y la tradición valenciana”.
En un primer momento, la ampliación se planteó como un espacio reservado para eventos o días especiales, por ello se buscó una estética que encajara con esta filosofía. Sin embargo, desde el momento en que empezaron las obras, los clientes se fueron dando cuenta de que sería mejor aprovecharlo como una sala más. Así que el programa se fue adaptando a esas necesidades.
Controlar la luz natural.
Tras estudiar las características del local, el proyecto del nuevo comedor se planteó desde el reto de controlar una gran cantidad de luz natural y de conseguir transmitir una sensación de calma, intentando emocionar tras recorrer una sucesión de espacios que desembocan en él. Puntualiza el arquitecto que “indudablemente intentamos aprovechar la luz natural como elemento vertebrador del proyecto, trabajarla para que por sí misma pueda representar las diferentes zonas que surgen dentro de un espacio diáfano”. Además, la materialidad en escala de grises y el aprovechamiento de las dobles alturas son los elementos encargados de poner en valor el discurso compositivo.
Para priorizar y dar mayor protagonismo a este espacio, se utilizaron sencillas lamas verticales y puertas enrasadas. Las lamas se utilizan para separar la entrada a los baños y a los vestuarios del personal, que difuminan la figura de la persona que pasa por detrás, pero “de alguna manera no disminuye la sensación espacial, mientras que las puertas enrasadas se utilizan en aquellas estancias que quedan directamente conectadas con la sala, como el almacén, los vestuarios o el comedor privado, para el que se buscaba cierto efecto sorpresa”.
Al enrasar las puertas a la cara exterior del tabique se ha intentado dar continuidad visual al espacio principal y que no se viera distorsionado por elementos secundarios y, además, enfatizar el concepto de cómo evoluciona la escala de grises hasta el blanco protagonista en la doble altura.
Mobiliario auxiliar y apliques a medida.
Todos los muebles de apoyo han sido diseñados por el estudio, en base a las necesidades marcadas por los encargados de sala. El despacho valenciano también se encargó de diseñar los apliques de las paredes, ya que poco a poco está intentando diseñar cada detalle de los proyectos en los que se ve involucrado.
El proyecto ha buscado un equilibrio cromático capaz de darle forma a un espacio diáfano. Pero, lógicamente, alberga un programa de necesidades y de elementos que han de combinarse y permitir que, ante todo, se esté ante un espacio funcional. Concluye Carlos Segarra que “esto fue una cosa que quisimos destacar, pero que, al mismo tiempo, debía complementar el concepto inicial. Por ello, todos los elementos de apoyo y estancias que entendemos como ajenos al espacio principal, se representan en madera de nogal. De esta forma, se establece un orden donde, con un golpe de vista, se entiende que cada cosa tiene su importancia y su lugar.”

Para más información visiten: Carlos Segarra Arquitectos
















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