martes, 19 de febrero de 2019

El popurrí: un recurso decorativo para el baño

¿Quién ha dicho que la decoración se puede adquirir únicamente en tiendas especializadas? Ahora puede hacer por si mismo un popurrí con el que proporcionarle al baño los aromas y colores para generar un ambiente lleno de sensaciones.
Dentro del mundo del interiorismo, tenemos diferentes elementos que pueden aportar color y aromas al espacio. Dentro de este ámbito, hay que destacar el popurrí: un recurso decorativo. De esta manera, este espacio quedará mucho más elegante y dinámico.
En muchas ocasiones, nos preocupamos únicamente de emplear los típicos elementos decorativos: cuadros, jarrones, fotografías, esculturas, figuras, etc. Sin embargo, hay otros recursos que tienen mucho que aportar dentro del hogar.
En el cuarto de baño solemos recurrir a principios básicos de decoración. En el fondo, parece que hay cierto recelo a decorar este espacio, cuando en realidad puede dar mucho juego. Debemos perder ese miedo y tratar de aplicarle un contenido con el que enriquecer el ambiente.

¿Qué es el popurrí?

A la hora de definir el popurrí, podríamos decir que es un recurso conformado por flores y ramas secas, con un tinte que les aporta color y aromas añadidos. Podríamos decir que es un elemento original y distintivo, teniendo en cuenta que no suele ser habitual encontrarlo en los baños.

La variedad puede ser muy amplia, los hay con diferentes tipos de vegetales y también con colores muy diversos. Suelen colocarse en un cuenco, el cual suele ser normalmente de tamaño reducido, pero si tenemos posibilidad de que sea grande, no dude en utilizarlo.
Por norma general, el popurrí se sitúa junto al lavabo, pero si se tiene un mueble o una estantería donde poder colocarlo, es mucho mejor esta opción. No obstante, hay que tener una cosa presente: lo que verdaderamente interesa es que quede a una altura visible.

Haga su propio popurrí

En el fondo, puede hacer su propio popurrí, de manera artesanal y consiguiendo, así, un aromatizante natural. Es un proceso sencillo y muy entretenido, incluso para realizarlo con otros miembros de su familia, convirtiéndolo en una actividad comunitaria.

Coja hojas de plantas y pétalos de flores de las que tiene en casa o del campo y déjelas secar. El tipo de color puede ser variado, pero puede quedar muy bien si se escogen únicamente tres tonos, definiendo de manera más concreta la cromaticidad del popurrí.

En el caso de los pétalos de rosas, suelen quedar muy bien, sobre todo si se cogen de distintas especies. Lo que realmente interesa es que haya dinamismo y diversidad. No conviene saturar de un solo color, ya que quedaría demasiado concentrado.

Si quiere acudir al campo y recolectar una amplia gama de especies de flores, puede ser viable y muy interesante. El campo ofrece todo tipo de vegetales que no pueden cultivarse en casa. Aproveche en primavera a contemplar la naturaleza y ver las posibilidades para hacer un popurrí innovador.

La aplicación del aroma: la clave del éxito

Para que el baño tenga un aroma embriagador, es importante que el popurrí no se limite únicamente a una cuestión estética visual, sino que también proporcione olor y buenas sensaciones. De esta manera, se transmite una sensación de higiene y limpieza.

Busque una esencia que le agrade, puesto que será el aroma que predomine y que se difunda por el baño. Aunque no lo crea, va a influir mucho en el ambiente y se creará un clima de bienestar.
Introduzca las hojas y pétalos secos dentro de un tarro de cristal. Eche unas cuantas gotas de una esencia agradable y mueva el bote para que todo quede bien impregnado de este aroma. A continuación, debe dejarse cerrado durante una semana.
Una vez pasado este tiempo, pueden disponerse en un cuenco todos los pétalos, ramas y hojas. Notará que desprenden un olor realmente bueno, ya que han tenido el suficiente tiempo como para empaparse del aroma.

Concepción estética en el baño

Tal y como hemos dicho anteriormente, el popurrí no suele ser habitual en los baños, pero cuando nos lo encontramos, descubrimos que es un recurso que estéticamente aporta color y buen olor.

Indudablemente, en su casa puede quedar muy bien acompañado de una vela. Si tiene un bar o restaurante, puede ser un elemento original con el que hacer sentir a sus clientes en un baño limpio. Anímese a dar el paso y haga por si mismo un popurrí.

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