jueves, 24 de enero de 2019

Una champagnerie en una casa de Gaudí.

La ciudad de León cuenta ya con su café modernista, para rememorar los tiempos de Gaudí. Bautizado como el Modernista, se encuentra en la casa Botines del arquitecto. La encargada del diseño ha sido Andrea Muñoz.
El edificio de estilo neogótico bajo la interpretación personal del genio de Reus es uno de los tres proyectados por él fuera de Cataluña. Una original estructura que en su momento no estuvo exenta de polémicas, y que ahora es uno de los principales focos de interés en la ciudad castellana.
El Modernista, reflejo de una época
El nuevo café es un espacio diáfano de planta libre con columnas de fundición, al que entra iluminación natural a través de las ventanas que dan al foso circundante. Y que en su día fue utilizado como almacén para la tienda de telas que se encontraba en la planta baja.
Para dar servicio al museo y a la ciudad de León, se ha integrado el café modernista, espacio de hostelería cuya idea principal fue la de recuperar la esencia del ambiente distinguido y bohemio de los cafés que llenaban las capitales europeas a principios del s. XX.
Por esto, para el proyecto de diseño interior de la champagnerie, el objetivo ha sido realizar una reinterpretación de un café modernista. Tratando de recrear un espacio elegante mediante elementos decorativos que hacen guiños a la arquitectura del edificio, y mobiliario que recuerda al existente entonces.

Tradición y modernidad, tándem perfecto en León

De este modo, el frontal de la barra reproduce mediante una pieza lacada, el patrón de la verja de forja perimetral del foso exterior de la Casa Botines. Los pies de las mesas se inspiran en los chapiteles de las cuatro torres. Los apliques de iluminación indirecta y biombos de separación mantienen la forma de las ventanas y sus rejas. Además, todas estas piezas han sido creadas de forma artesanal en colaboración con oficios de la provincia de León.

El mobiliario que completa el espacio ha sido escogido con sumo cuidado para reproducir un ambiente que aúna tradición y modernidad. La sillería seleccionada es diseño de Andreu Carulla. Las sillas y bancos Bernardes, que nacieron como proyecto para el antiguo convento de Salt en Girona, los produce en la actualidad en serie Sillería Verges. Sus acabados en madera de nogal, con respaldo de rejilla y asiento de terciopelo suponen una revisión de los clásicos de Thonet de la época. Mientras que los taburetes son un clásico contemporáneo del diseño español: el modelo Tea, de Estudihac para Sancal.
El espacio se completa con gráficos de champagne antiguos, un gran piano de cola, mármoles y una paleta de colores que gira entre marrón y azul marino que, en conjunto, otorgan a El Modernista un ambiente elegante y sofisticado que se integra en la arquitectura del edificio Botines. Como si siempre hubiese estado allí.
Para más información visiten: Andrea Muñoz Diseno
Vía: diarioDESIGN



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