viernes, 28 de diciembre de 2018

Salt of Palmar: el paraíso tropical de Camille Walala.

Vuelve el estilo Memphis, vuelve el color y nos apetece soñar con un lugar paradisíaco en el que tumbarnos a la bartola y disfrutar. Y todo eso es lo que ofrece el nuevo hotel tropical Salt of Palmar.
Salt of Palmar es lo más nuevo de la República de Mauricio. Un paraíso en el Índico que ha contado con la diseñadora de interiores Camille Walala. Uno de los nombres a seguir en 2019.
Salt of Palmar se presenta ante sus posibles huéspedes como una base tranquila para explorar la espectacular isla del Índico. Concebido desde la sostenibilidad, conecta con la comunidad local y busca introducir a los viajeros “modernos, culturalmente curiosos, conocedores del estilo” a la auténtica Mauricio.
Para ello ha recurrido a un aspecto distintivo. Que nace de la colaboración entre el arquitecto mauriciano local Jean‐François Adam y su estudio JFA Architects, con la artista francesa y su estilo colorido y alegre.
La primera incursión de Walala en el mundo hotelero ofrece una nueva y sorprendente adición al paisaje de Mauricio. Una mezcla de tradición y modernidad que refleja el espíritu progresista de Salt.
Un diseño vanguardista que homenajea a su origen
Este nada convencional hotel cumple el deseo de Adam de llevar el entorno natural y el estilo de vida local de Mauricio a la vanguardia. “Dando a cada visitante un sentido real de lo que su país tiene para ofrecer”, explica.
Ser parte de un increíble edificio geométrico, parecido a un riad marroquí, situado en la franja de arena blanca y pura de Palmar Beach. El estudio repuso cuidadosamente las estructuras en pie, para acentuar la proximidad del hotel al mar. Como parte de esto, orientó todas las camas para enfrentar el agua, rediseñando la piscina para mejorar su conexión con la playa. Además, se jugó con la cálida luz tropical de la isla, permitiendo que los colores naturales de la ubicación brillaran.
La fauna y la flora han sido protegidas a lo largo de este proyecto; añadiendo así un sentido de serenidad atemporal a la escena. Jean‐François Adam lo cuenta de este modo: “Todo el hotel está diseñado para unir a las personas. Desde las mesas comunes en la panadería, el restaurante y el bar de la playa, hasta el primer rooftop bar de Mauricio y los espacios acogedores en el spa. Se trata de reunir y compartir historias de viajes y disfrutar de esta increíble ubicación“.

Color y equilibrio

Y para plasmar la energía de la marca, el nombre indicado era claramente el de Camille Walala. Una artista que va más allá del diseño de interiores, y que se convirtió en la elección perfecta. No en vano, su enfoque desinhibido a la hora de jugar con el color es perfecto para la pasión que se desprende por Mauricio en cada rincón:
Su tarea fue encontrar el equilibrio perfecto entre su propio impulso creativo y la expresión auténtica del carácter de la isla: una perspectiva fresca, juguetona e irresistiblemente positiva.
Como hemos visto, para encontrar la inspiración, Walala viajó alrededor de Mauricio, reuniéndose con artesanos locales y absorbiendo la brillante paleta de colores de la isla.
Naturaleza, casas pintadas, paisajes marinos azules y espectaculares puestas de sol. Además del espíritu de sus comunidades y el colorido mosaico de culturas que hace que Mauricio sea tan especial.
El color base del exterior es el tono naranja melocotón, siguiendo la estética de riad del edificio. Los azules del cielo y el mar marcan la tendencia del hotel tropical.
En el interior, Walala ha dejado su sello Memphis en forma de geometría, contrastes de blanco y negro en columnas, mobiliario y hasta en las sombrillas de la zona de la piscina. Los azulejos aportan aún más brillo si cabe en baños y repisas, y en colores coral y aguamarina.

Un hotel tropical zero waste

Salt of Palmar busca conectar a los “exploradores modernos” con las comunidades de Mauricio y su forma de vida. Los huéspedes tienen la oportunidad de intercambiar tiempo y talento con productores, diseñadores y artesanos locales. Se ha cuidado el respeto al medio ambiente y el reciclaje, evitando en la medida de lo posible el consumo de plásticos.

Además, la filosofía de comida en el restaurante es fresca, local, casera, de cosecha propia, estacional y sin desperdicios. Con la mayoría de los productos provenientes de la granja Salt, que cultiva frutas y verduras hidropónicas, o de granjas locales.

Reconociendo las fuertes conexiones entre las personas, la comida y el planeta, y el hecho de que las elecciones de alimentos tienen un gran impacto en el medio ambiente y en la salud de sus huéspedes, Salt se compromete con una comida buena, limpia y justa. La guinda del pastel es este viaje culinario, “lleno de historias, tradiciones, sabores y artesanía”.

Para más información visiten: Camille WalalaJFA ArchitectsSalt Resorts
Vía: diarioDESIGN







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