Gracia ha sido el barrio elegido por la diseñadora de joyas, que ha encargado al estudio María de Ros Arquitecta el proyecto. Especializada en arquitectura, interiorismo, museografía y montajes efímeros, la arquitecta ha formado el tándem perfecto con la joven diseñadora. Ambas huyen de convencionalismos y apuestan por la originalidad y la ruptura de lo preestablecido.
De hecho, y tras estudiar Diseño de Interiores en Londres, María se propuso hacer sus propias joyas. Lo que empezó como un pequeño “hobby” adquirió forma tras un viaje que la diseñadora hizo a la India en 2013 para encontrar un proveedor. Un viaje al que le siguieron muchos más y que le llevó a decantarse por el latón.
A partir de un profundo análisis de las necesidades de su clienta, la arquitecta ha reformado el local original. 100 metros cuadrados distribuidos en dos plantas, que María de Ros ha convertido en un espacio diáfano, cálido y funcional. Un lugar con identidad propia, inspirado en los valores de la marca que alberga en su interior.
Las joyas, protagonistas
La intervención unifica materiales, para conseguir ligereza visual y crear sensación de amplitud. Para ello se reduce la paleta de materiales a tan sólo tres: madera, espejo y vidrio. La sutil gama cromática empleada busca no restar protagonismo a las joyas expuestas. “Encerradas” en módulos realizados a medida, ellas son las verdaderas estrellas del espacio.
Dividido en dos áreas independientes, el local combina la venta al público con estancias más privadas. Estas últimas incluyen una oficina, una cocina y un baño. Puertas correderas de cristal semitransparente las separan, conservando la privacidad entre ellas sin que por ello se reduzca visualmente el espacio.
Estética cálida y contemporánea
La madera envuelve suelos y paredes de ambas plantas, aportando calidez y una estética contemporánea al showroom. Un efecto al que se suma el generado por los espejos y transparencias que lo habitan, aportando profundidad y multiplicando la sensación de amplitud espacial.
Como es habitual en su trabajo, María de Ros ha vuelto a apostar por un proceso de diseño artesanal. Planos realizados a lápiz y coloreados o tramados posteriormente en el ordenador, que ella afirma son su verdadera esencia.
Fotografía: Daniel Loewe
Estética cálida y contemporánea
La madera envuelve suelos y paredes de ambas plantas, aportando calidez y una estética contemporánea al showroom. Un efecto al que se suma el generado por los espejos y transparencias que lo habitan, aportando profundidad y multiplicando la sensación de amplitud espacial.
Como es habitual en su trabajo, María de Ros ha vuelto a apostar por un proceso de diseño artesanal. Planos realizados a lápiz y coloreados o tramados posteriormente en el ordenador, que ella afirma son su verdadera esencia.
Fotografía: Daniel Loewe
Para más información visiten: María de Ros Arquitecta, María Pascual
Vía: diarioDESIGN
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