Los inconvenientes principales de colocar la cama bajo la ventana vienen por un lado de la dificultad de apertura del ventanal, ya que nos obliga a apoyarnos sobre la cama para abrirla. Además, una vez abierta, la posible corriente de aire sobre nuestras cabezas si estamos dormidos no es lo más indicado.
Aún así, esta opción tiene sus ventajas. Además de la propiamente estética (en ocasiones la ventana funciona como un gran cuadro), nos encontramos con un ahorro de costes (nos ahorramos la compra del cabecero o la decoración de esa pared), la facilidad para abrir determinadas ventanas cuando éstas están muy altas, como ocurre en algunos semisótanos o lofts (ya que tenemos un punto de apoyo permanente al que subirnos) y el ahorro de espacio, permitiendo colocar habitaciones matrimoniales en dormitorios alargados y estrechos en los que de otro modo resultaría muy difícil o forzado.
Cuándo colocar la cama bajo la ventana
En algunas ocasiones, por la configuración de la habitación o sus aperturas exteriores, si queremos convertirla en dormitorio no nos queda otra que utilizar la ventana como cabecero de cama.
Habitaciones con grandes ventanales
Cuando la habitación está llena de grandes ventanales que no nos dejan prácticamente paredes libres, se hace necesario colocar la cama debajo. Para protegerse del aire y facilitar la apertura del ventanal, si es posible, puede colocarse la cama ligeramente por delante (para dejar paso por detrás), y utilizar un pequeño cabecero de madera o tapizado que haga de barrera.
Si en cambio no se quiere tapar nada del hueco de luz, se recomiendan las camas bajitas que se mantengan por debajo de la ventana.
Habitaciones con ventanas en varias paredes
Hay habitaciones que, aun no teniendo grandes ventanales, sí tienen ventanas en más de una pared.
Esto limita las opciones a la hora de colocar la cama y por tanto no queda otra que colocar la cama bajo una de ellas, pero en este caso tiene la ventaja de que eliminamos de sus dos principales inconvenientes, ya que al disponer de otras ventanas, podemos mantener la del cabecero de cama siempre cerrada y abrir las demás para ventilar.
Habitaciones estrechas y alargadas
Cuando en una habitación estrecha, alargada y con una ventana al fondo queremos colocar un dormitorio matrimonial, muchas veces no queda otra que situar la cama bajo la ventana, ya que en su posición adecuada (paralela a la ventana) no dejaríamos paso a los pies. Además, por estética, en estos casos la cama así dispuesta “acorta” visualmente la longitud de la habitación, mejorando su disposición.
Habitaciones con ventanas altas
Algunas casas, pisos o apartamentos suelen tener ventanas a las que no se llega alzando la mano desde el suelo. Es el caso por ejemplo de semisótanos (en los que las ventanas están en la parte superior de la pared para que entre la luz de la calle), casas o piso abuhardillados a dos aguas y lofts (cuyas alturas de techos a veces hacen que se coloquen ventanas fuera de nuestro alcance).
En estos casos, colocar una cama bajo la ventana tiene su sentido, ya que por un lado las posibles corrientes de aire nos quedan lejos y por otra permite utilizar la cama como una escalera permanente, de forma que subiéndonos a ella podamos abrir más fácilmente esas ventanas que de otro modo resultan inaccesibles.
Cuando la ventana en sí misma, por sus especiales características, se convierte en el foco de la habitación (por ejemplo si a través de ella se percibe un paisaje espectacular, si tiene un formato creativo u orginal, etc.), es conveniente colocar la cama bajo la ventana para centrar en ella el foco de todas las miradas.
Esto es porque hay que tener en cuenta que en una habitación matrimonial, el punto de atracción principal es la zona del cabecero y cojines, por lo que si en estos casos se dispusiera la cama en otra ubicación, el ojo humano tendría dos focos distintos de atracción (cabecero y ventana) que inconscientemente entrarían en conflicto a la hora de prestar atención.
Para aprovechar el alféizar
A veces, la ventana no se encuentra en línea con la cara interior de la pared sino con la exterior, lo que nos deja un bonito alféizar que se puede decorar de muchos modos.
Pues bien, colocando la cama bajo la ventana podemos utilizar el alféizar como mesilla de noche o como apoyo adicional, donde colocar una lamparita, unas plantas, algún libro, el despertador, las tazas de desayuno…
Habitaciones minimalistas
Las habitaciones de estilo minimalista se prestan como ninguna otra a colocar la cama bajo la ventana, ya que fieles al “menos es más”, ¿por qué colocar un cabecero si ya tenemos uno “de serie”?
Por pura cuestión estética
A veces, se puede decidir colocar la cama bajo la ventana únicamente porque sí, porque nos gusta cómo queda.
Tenemos espacio a lo ancho y muros suficientes para colocar la cama donde nos venga bien, la ventana no es especialmente original, pero conscientemente decidimos utilizar el marco de la ventana como foco de atracción.
¿Vale también para habitaciones infantiles?
¡Por supuesto! Aunque en estos casos es más difícil verlas, ya que una cama infantil ocupa menos espacio de ancho y por tanto permite otras configuraciones, pero por supuesto esta opción es válida para todo tipo de habitaciones, ya sea con cama ancha o estrecha, infantil o juvenil, para uno o para dos.
Aunque lo ideal en estos casos es que la ventana haga justo de cabecero, si es más grande puede colocarse una mesilla a su lado, creando un marco para el conjunto.
En el caso contrario (que la ventana sea más estrecha que la cama) lo ideal sería centrar la ventana con la cama, pero si no es posible, se puede colocar también de forma lateral, compensando el hueco libre de alguna forma (con un cuadro, con una cortina potente recogida a ese lado, etc.)
Cómo decorarlas
Si se elige la ventana como cabecero de cama, debemos saber que ése va a ser el foco de las miradas y por tanto convendría crear un ambiente que potencie sus fuertes.
Ventanas sin cubrir
Cuando la ventana en sí misma o el paisaje es lo suficientemente espectacular, es mejor no cubrirlas para que nada empañe su atractivo.
También es conveniente dejarlas vistas cuando la ventana es ancha y corta, ya que en estos casos no tendría mucho sentido colocar una cortina o un estor.
Igualmente, si el alféizar hace las veces de mesilla, por practicidad convendría no taparla.
Decorando con cortinas
En los países nórdicos están habituados a prescindir de persianas y cortinas no sólo por maximizar la luz sino porque no suelen preocuparse (ni hablar) de lo que los vecinos hacen o dejan de hacer en sus casas.
Sin embargo, en los países mediterráneos, dejar una ventana sin tapar resulta raro, y más si se trata de un dormitorio. Por eso, la opción de colocar cortinas en la ventana resulta casi esencial.
Como opciones, si quiere buscar un ambiente ligero o tiene un dormitorio de estética escandinava puede optar por unos simples visillos blancos. En cambio, si su dormitorio es más clásico o quiere darle más protagonismo a la ventana puede elegir cortinas algo más de “empaque”, ya sea con el material (terciopelos, telas pesadas) o con el color (grises, beiges, tonos oscuros…)
También puede optar por colocar las cortinas a lo largo de todo el cabecero (en caso de tener varios ventanales) o a los pies, generando un espacio muy romá
ntico.
Por último, si su habitación tiene algún ventanal especial, nada mejor para cubrirlo que un visillo muy ligero, incluso dejando vista la parte que se sale de lo común.
Otras opciones
Además de las clásicas cortinas, puede optar por colocar unas venecianas de madera u otro color para crear contraste.
También puede utilizar contraventanas, mallorquinas u otros sistemas que eviten las cortinas.
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