Todo lo retro en decoración deja una huella nostálgica difícil de lograr de otro modo. Y ahí radica su valor y su atractivo estético. Sigue siendo un reclamo de total actualidad al que apuntarse para ambientar espacios con un look de otra época. Podemos apostar cien por cien por esta corriente, o hacerlo en pequeñas dosis. Y en la cocina, nada más potente que jugar con electrodomésticos vintage.
Si hay un espacio doméstico que parece ser el favorito de esta tendencia es la cocina. Aunque cualquier habitación de casa puede impregnarse de sus directrices decorativas, hay que reconocer que en ella lo retro adquiere una nueva dimensión. Y hay una razón que lo justifica. Los electrodomésticos vintage logran acentuar su estilo, generar atmósferas, evocar décadas concretas… Además hay diseños muy singulares que reclaman un lugar preferente en su decoración. Le cuento cuáles.
Electrodomésticos vintage: el poder de su encanto
En términos generales, apostar por electrodomésticos vintage es una manera infalible de añadir un toque retro a las cocinas actuales de una manera natural. Tostadoras, batidoras, robots de cocina, etc., son geniales para introducir en pequeñas dosis esta tendencia siempre de moda. Y a la suya también. Pero no todos estos aparatos tienen la misma capacidad para recrear su estética de una forma contundente y ocupar un lugar visible en esta habitación tan especial de la casa.
Tal vez ya ha adivinado a qué electrodomésticos vintage me refiero. A esas colecciones de neveras cuyos diseños evocadores han hecho posible cambiar la percepción de los frigoríficos clásicos de toda la vida. Atentos a estas piezas novedosas porque por sí solas son tan decorativas que vale la pena plantearse sacarlas del territorio cocina.
Exhibirlas en otros ambientes domésticos gracias a sus líneas eclécticas. Por ejemplo, en espacios diáfanos contemporáneos, compartiendo metros con zonas de comedor marcadamente modernas. O delimitando la frontera visual entre áreas multidisciplinares, donde se cocina de día y por la noche se estudia. ¿Por qué no?
Neveras evocadoras que se integran en cualquier estilo
Nada más contemplar estos electrodomésticos vintage es facilísimo echar la mirada atrás. Reconocer en estas piezas la estética de los refrigeradores de los años 40 y 50. Tan retratada en la industria del cine americano, en la publicidad y revistas de aquella época. Si hay que describir a rasgos generales estas neveras, destacan por sus líneas sencillas, sus formas redondeadas y su rica gama cromática, con tonalidades nada convencionales. Todo ello sumado a una tecnología de última generación.
Por tanto, son una apuesta fantástica para integrarlas en casa si la decoración retro es una de nuestras debilidades. Y como le decía antes, la estancia es lo de menos. Sin duda en la cocina se convertirán en el centro de atención visual. Pero también lo pueden hacer de idéntica forma en un salón o en una zona de estar por el look que proponen sus acabados y el encanto de sus formas. Le doy algunas pistas.
Versiones rústicas, minimal o industriales
Hay frigoríficos voluminosos, robustos, que tienen un estilo de lo más rústico debido a sus frentes de madera de roble. Cálidos y amables, recuerdan a las antiguas cámaras refrigeradoras y no solo en encajan de maravilla en esto tipo de ambientes. También son una baza excelente para equipar zonas de comedor de estilo industrial, con muebles metálicos y lámparas de techo de vidrio. Y cómo no en espacios abiertos que abanderan el concepto open concept.
Y de la madera cálida y veteada al acabado blanco y luminoso. Porque existen versiones de estos electrodomésticos vintage que se lucen en este color. Pura inspiración años 50 y treméndamente atractivos en sus formas. De nuevo su espíritu ecléctico funciona, adaptándose con toda naturalidad a interiores domésticos de cualquier estilo.
Refrigeradores y a la vez muebles de almacenaje
Como ve, estos electrodomésticos vintage no dejan de sorprender y es evidente su enorme personalidad. Han sido concebidos para jugar un papel destacable en las viviendas actuales no sólo por sus elevadas prestaciones tecnológicas. También para reinventarse y demostrar que estéticamente pueden aportar muchísimo a nuestros espacios. A veces con un valor añadido que ofrecer. ¿Por qué?
En esta nueva generación de neveras vintage el principio de funcionalidad no se pierde de vista. Al contrario, se han explorado nuevas soluciones para hacer la vida más fácil en el día a día. Y de ahí que algunos de estos frigoríficos estén diseñados como si fueran muebles compactos, pues se presentan con un plus realmente interesante. Incorporan varios armarios de almacenamiento concebidos como una zona extra donde guardar. Al igual que su hueco para dejar una cafetera o cualquier otro electrodoméstico. Genial.
También hay mucho que comentar sobre su gama cromática. Es fresca, sugerente y atrevida. Diría que pensada para integrarse en la decoración doméstica sin límites ni barreras visuales. En rosa palo, amarillo, rojo, azul cielo, morado…Estos frigoríficos hacen que la decoración retro se reinvente captando toda nuestra atención.
Frigoríficos mini: el reto del espacio
Todo está pensado en esta generación de electrodomésticos vintage para no tener que renunciar a ellos. Incluida la falta de espacio en nuestras casas. O esas reducidas dimensiones a las que a menudo nos enfrentamos cuando tenemos que acondicionar las habitaciones y elegir mobiliario.
Las versiones mini de estos frigoríficos acaban con el problema de la escasez de metros porque están diseñadas para adaptarse con audacia a espacios diminutos. Pero sin perder un ápice de su identidad estética ni de sus prestaciones tecnológicas.
Sin duda, son un descubrimiento para la decoración vintage. ¿Ya tiene su favorito?
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