Un interruptor viejo, flojo o roto puede ser muy peligroso, fuente de accidentes para la familia y de cortocircuitos y averías para la instalación eléctrica de la casa. Por eso es importante cambiarlos de inmediato siempre que sea necesario. Puede ser también que queramos renovar la estética de la instalación colocando interruptores más actuales, o con preciosos diseños retro...
El caso es que cambiar un interruptor no es una tarea nada complicada; sólo hay que seguir atentamente los pasos y precauciones obligatorios. En primer lugar hay que desconectar el interruptor general del cuadro de distribución; si hay más personas en la casa, colocaremos un cartel sobre él avisando de que nadie lo vuelva a conectar hasta terminar el trabajo. Así nos aseguraremos de que no haya ningún peligro.
El embellecedor es la parte externa del interruptor que rodea a la caja y tapa los huecos de la pared. Suele colocarse atornillada o a presión, y es lo primero que hay que retirar para acceder al cuerpo del aparato. Éste se extrae con facilidad, por lo general, simplemente tirando de él con cuidado. Veremos que al interruptor llegan tres cables: uno marrón o negro de fase, otro azul neutro y el verde-amarillo de la toma de tierra. Los interruptores de hace años llevan unos pequeños tornillos para conectar los cables al aparato, y tendremos que aflojarlos para soltarlos.
El caso es que cambiar un interruptor no es una tarea nada complicada; sólo hay que seguir atentamente los pasos y precauciones obligatorios. En primer lugar hay que desconectar el interruptor general del cuadro de distribución; si hay más personas en la casa, colocaremos un cartel sobre él avisando de que nadie lo vuelva a conectar hasta terminar el trabajo. Así nos aseguraremos de que no haya ningún peligro.
El embellecedor es la parte externa del interruptor que rodea a la caja y tapa los huecos de la pared. Suele colocarse atornillada o a presión, y es lo primero que hay que retirar para acceder al cuerpo del aparato. Éste se extrae con facilidad, por lo general, simplemente tirando de él con cuidado. Veremos que al interruptor llegan tres cables: uno marrón o negro de fase, otro azul neutro y el verde-amarillo de la toma de tierra. Los interruptores de hace años llevan unos pequeños tornillos para conectar los cables al aparato, y tendremos que aflojarlos para soltarlos.
Los nuevos modelos llevan unas pinzas de presión que sujetan los cables de manera rápida y eficaz. Es importante fijarse cómo van los cables conectados al antiguo interruptor. Algunos modelos llevan marcada la pinza del cable de fase en color rojo, mientras que otros tienen símbolos positivo (+) y negativo (-) para la fase y el neutro; otras veces lleva indicaciones como L1 (fase), L2 (neutro) y L3 (tierra). De cualquier forma, lo que sí es importante es que el cable correspondiente entre y salga por el mismo conector, de forma que se cierre el circuito correctamente. Una vez conectados los cables, el cuerpo del interruptor se introduce en la caja y se fija con unas pinzas que lleva en los costados y que hacen presión contra la pared.
Poniendo el embellecedor sobre él habremos terminado el trabajo, y sólo nos quedará conectar de nuevo la corriente y comprobar si el interruptor funciona.
Vía: Deco Estilo
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