miércoles, 4 de diciembre de 2019

Cascadas de agua como recurso decorativo

Si quiere aportarle naturalidad a su hogar, es momento de disponer una cascada decorativa que le aporte frescura al ambiente.
El agua puede configurarse también como un componente más de la decoración que realicemos en el hogar. Puede contribuir a nivel estético de distintas maneras. Una tipología muy interesante serían las cascadas de agua como recurso decorativo tanto para interiores como exteriores.
Estamos acostumbrados a ver fuentes, estanques o acequias; sin embargo, existen otras fórmulas que pueden encajar a la perfección en el hogar. Pero ¿cómo podríamos trabajar con el agua? El principal objetivo es que alcancemos un significado estético.
Un caso particular son las cascadas; a través de ellas se pueden aportar unos contenidos que pretenden embellecer la casa. Se trata de unir decoración y naturaleza; por tanto, podríamos estar hablando de un tipo de interiorismo que, en el fondo, es arte.

Cascadas para el jardín: un ambiente más salvaje

Tal y como se ha comentado anteriormente, la variedad de cascadas es muy amplia. Las hay que pueden representar un ambiente más natural y salvaje y otras en las que hay un control de la forma en que se vierte el agua, aportando una infraestructura determinada que define un estilo decorativo concreto.

Un ejemplo de la primera tipología serían aquellas que muestran un torrente cuya caída se realiza de forma suave o más violenta, produciendo un pequeño estanque que trata de representar una poza. Puede haber piedras de por medio y tratar de mostrar naturalismo.

Otro caso pueden ser aquellas cascadas que son controladas y donde se transforma ese naturalismo del que hablamos. Es aquí donde juegan un papel importante las de estilo minimalista o vanguardistas, habiendo líneas y estructuras rectas que denotan ciertos componentes artísticos controlados.

Tipologías de cascadas de interior: el sonido del agua llega a su casa

Evidentemente, no nos vamos a encontrar un tipo de cascada salvaje como puede hacerse en el jardín. En los interiores es mejor que se trabaje una tipología más bien refinada, cuidada y con contenido estético que se amolde bien a la decoración del conjunto. Algunos ejemplos son los siguientes:

Las cascadas realizadas en módulos funcionan perfectamente bien. Estamos hablando de una organización por terrazas, donde el agua puede verterse gradualmente de forma controlada y produciendo una sonoridad agradable.
Otro caso muy interesante son aquellas en las que el agua se desprende adherida a un vidrio o a una chapa de metal, de tal manera que va cayendo suavemente y generando un ambiente apacible, calmado y relajado. Este ejemplar encaja muy bien en viviendas de estilo zen.
Los bloques verticales de formato rectangular, donde el agua se derrama por la superficie, son una fórmula muy interesante. De hecho, puede iluminarse y adquirir una apariencia mucho más sofisticada, ambientando el espacio con elegancia y con carácter alternativo.
Las fuentes budistas son muy recurrentes. No debemos olvidar que el objetivo de esta religión es alcanzar una paz espiritual que le permita estar en calma interior. Por eso, los sonidos de la naturaleza son muy valorados, de ahí el uso de este tipo de fuentes para sosegar los ambientes interiores.

Cascadas murales para los exteriores

Ya sea en el jardín o en cualquier otra parte exterior de la casa, puede disponerse una cascada vertical conformada por un gran muro y por el desprendimiento continuado de agua. Lo más conveniente es que tenga por la parte trasera un sistema de contención que pueda sostener y reforzar.

Suelen ser de gran tamaño, hasta el punto de llegar a convertirse prácticamente en un gran paraíso en el propio hogar. Puede configurarse por piedras dispuestas a modo de pared o simplemente un gran muro impermeable que permite la caída directa del agua.

Tamaño reducido para tenerlas encima de una mesa

Si quiere decorar algún espacio interior con cascadas de agua de tamaño reducido, existen un gran número de ellas que se conforman por perfiles y formatos sencillos a base de pequeñas terrazas, cuencos o piedras. La idea es que se vierta el agua ligeramente y producir un sonido tenue.

Suelen tener un circuito con el que el agua se redirige de nuevo al punto de salida, así no se desperdicia y ofrece una aspecto a modo de fuente. En definitiva, un elemento más que puede servir para la decoración.

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