En el post de hoy queremos centrar la mirada en este tipo de lámparas, concretamente en su versión colgante, para comprobar la amplia variedad que existe, así como su transformación desde el estilo más clásico hasta el más innovador.
Lámparas formadas con múltiples piezas
Uno de los ejemplos más vistosos de este tipo de lámparas, son aquellas que se encuentran compuestas por varias piezas.
En ocasiones tienen una dimensión pequeña que se repite hasta formar un conjunto que parece flotar sobre nuestras cabezas, ya que los cables que las sujetan pasan bastante desapercibidos.
En otros casos tienen menos piezas y estas son más grandes, dando lugar a una lámpara de aspecto más “tradicional”, pero no por ello menos vistosas. Sus piezas, sin duda, son tan espectaculares como las anteriores.
Lámparas formadas con múltiples piezas
Dentro de esta tipología nos gusta diferenciar entre las de gran formato, visibles en grandes espacios amplios como hoteles, y las de ámbito doméstico que, aunque más pequeñas, también se pueden catalogar como escultóricas.
Ya sea por formar una gran figura irregular con múltiples segmentos, por emplear, además del cristal, otros materiales tan imponentes como el oro, o por resultar etéreas y sutiles o transportarnos a un mundo de fantasía, sin duda todas ellas se pueden ser clasificadas como esculturas.
Lámparas con cristal de color
Más sencillas que las anteriores, pero igual de atractivas y sugerentes como para contar con ellas dentro de un proyecto de interiorismo.
Su forma resulta algo más habitual y por lo tanto nos parecen más cercanas y plausibles para utilizarlas dentro de la decoración del hogar, para un público mucho más amplio.
Lámparas de cristal tallado
Y si el mero hecho de utilizar el cristal ya proporciona un estilo elegante, cuando éste se talla se obtienen una lámpara con un resultado final mucho más potente al mismo tiempo que delicado; como si de una joya se tratase.
En este sentido encontramos modelos de lámparas de cristal con texturas de lo más variadas: mallas, relieves simulando hojas, dibujos geométricos, etc.
Lámparas formadas con múltiples piezas
Dentro de esta tipología nos gusta diferenciar entre las de gran formato, visibles en grandes espacios amplios como hoteles, y las de ámbito doméstico que, aunque más pequeñas, también se pueden catalogar como escultóricas.
Ya sea por formar una gran figura irregular con múltiples segmentos, por emplear, además del cristal, otros materiales tan imponentes como el oro, o por resultar etéreas y sutiles o transportarnos a un mundo de fantasía, sin duda todas ellas se pueden ser clasificadas como esculturas.
Lámparas con cristal de color
Más sencillas que las anteriores, pero igual de atractivas y sugerentes como para contar con ellas dentro de un proyecto de interiorismo.
Su forma resulta algo más habitual y por lo tanto nos parecen más cercanas y plausibles para utilizarlas dentro de la decoración del hogar, para un público mucho más amplio.
Su sello distintivo: el cristal tintado que se acentúa cuando la lámpara está encendida.
Lámparas de cristal tallado
Y si el mero hecho de utilizar el cristal ya proporciona un estilo elegante, cuando éste se talla se obtienen una lámpara con un resultado final mucho más potente al mismo tiempo que delicado; como si de una joya se tratase.
En este sentido encontramos modelos de lámparas de cristal con texturas de lo más variadas: mallas, relieves simulando hojas, dibujos geométricos, etc.
Vía: Decofilia
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