El reto del trabajo “fue convertir las dos viejas oficinas en dos pisos de alto standing con un diseño atemporal que pudiera enamorar a todo posible comprador”, explica el diseñador de interiores. Las dos nuevas viviendas cuentan con diferentes superficies: 152 m² (1.º 1.ª) y 186 m² (1.º 2.ª), zonas de estar diáfanas con salida directa a una pequeña terraza, dormitorios amplios, baños y una zona de lavadero.
Disfrutar al máximo de la luz natural.
Una cuidada distribución permite que ambas casas disfruten de un programa funcional propio de hoy en día y también de la tan deseada luz natural. En el caso del inmueble más pequeño, es la zona de día la que está orientada al sur, recibiendo mucho sol, mientras que todo el segundo piso está orientado al sur y sus estancias son exteriores. “Disfrutar al máximo de la luz natural era una de las condiciones a tener en cuenta“, dice David Fernández.
El proyecto también buscó interiores abiertos que facilitasen el día a día y la convivencia. En ambos pisos, las cocinas se convierten en el corazón del espacio, con su mobiliario moderno, sin tabiques que las aíslen y con grandes encimeras de porcelánico que reproducen la belleza del mármol de Carrara pero con las ventajas de este práctico material.
Estilo contemporáneo, cómodo y espacioso.
Las oficinas convertidas en viviendas se han vestido con un “estilo contemporáneo, cómodo y espacioso, con gran simplicidad de líneas. El color blanco y la madera se combinan para crear ambientes ligeros y amplios“, describe el autor del proyecto. Se juega mucho con panelados lacados en las pareces y muebles integrados para conseguir una mayor elegancia.
También se ha trabajado cuidadosamente la iluminación artificial, que permitirá que los propietarios puedan adaptarse a los diferentes momentos del día. Incluso en los lavabos, se ha buscado jugar con la iluminación y las texturas para crear espacios de relax, llenos de bienestar.
Para más información visiten: David Fernández Moreno Interiorista
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