martes, 5 de marzo de 2019

Decorar con lámparas colgantes o lámparas de suspensión

Hace tiempo que no mostrábamos un post de lámparas y en esta ocasión hemos decidido hacerlo con la tipología más común y utilizada: las lámparas colgantes.
Una lámpara colgante o suspendida, como su nombre indica, es toda aquella que “cuelga” del techo. El punto de luz se sitúa en la zona superior y de ella pende un cable que sujeta la lámpara propiamente dicha (o luminaria, como se denomina a nivel profesional).
Desde siempre este tipo de lámparas han sido las más utilizadas porque lo habitual a la hora de iluminar es hacerlo de arriba a abajo. Una lámpara situada en la zona superior de una estancia (especialmente si además la centramos en el medio) es la que más espacio iluminado abarca y por tanto es la más empleada para conseguir una iluminación general.

Dónde colocar las lámparas colgantes

Lo más adecuado es ubicarlas sobre la mesa de comedor, en el office de la cocina (ya sea en forma de barra o mesita) y, en ocasiones, en pasillos de techos altos, sobre la cama del dormitorio y en la zona de estar del salón. No obstante, en este último caso, recomendamos no utilizarla si la mesa de comedor se encuentra cerca, ya que lo ideal es encontrar una sola lámpara colgante por estancia que pueda llevarse el foco de todas las miradas.

Lámparas originales
Aunque, como tipología, la lámpara colgante sea la más corriente, esto no significa que tenga por qué ser poco original. Las lámparas colgantes pueden ser muy vistosas, por ejemplo las de tamaño XL, las lámparas suspendidas de la mesilla de noche (sustituyendo a las de mesa), las lámparas jaula, las procedentes de botellas recicladas o las que mezclan múltiples colores. Sin contar con los espectaculares diseños y materiales de hoy en día, como las de bronce o la que incorporan el dorado, como las lámparas de Tom Dixon.

Además, son tendencia desde hace ya unos años la colocación de múltiples lámparas colgantes del mismo o distintos tamaños y modelos, las bombillas vistas cogidas de cables negros o de colores, o el retorno a las lámparas de araña tanto clásicas como modernas.

Y ya que estamos, le damos unos cuantos consejos si opta por decorar con este tipo de lámparas:

Ojo con la altura
Si optar por decorar con lámparas colgantes, no las cuelgue muy arriba. Es un defecto típico que se ve muy a menudo y no suelen quedar bien. ¡No tenga miedo a bajar el cable! Si van sobre una mesa de comedor, puede contar entre 150 y 160 cm desde el suelo y tomar esa referencia como nivel inferior de la lámpara. Si poner varias en una esquina libre, deje que cuelguen a varios tamaños y deje la más bajita por debajo de la línea de los ojos.

Dos lámparas simétricas deben colocarse al mismo nivel

Cuando coloca varias lámparas en una hilera, queda muy bien colocarlas a distintas alturas. Pero cuando sólo van dos, lo suyo es que vayan al mismo nivel. Evite la tentación de colocar una un poquito más baja que otra para “dinamizar”. No queda bien.

Evite que se vean las bombillas

Salvo que la bombilla sea decorativa por sí misma (ej. bombillas de bola en mate, bombillas de filamento curioso, etc.) evite que se vean colocando una pantalla en la zona inferior de la lámpara. No hay nada más antiestético que una lámpara colgante en la que se ven por debajo las bombillas de bajo consumo.

Cuidado con los techos bajos

Las lámparas colgantes tienden a quedar mejor en techos altos. Por eso, si sus techos son muy bajitos, debería evitar utilizarlas (salvo quizás en la mesa de comedor o sobre la barra de comer en la cocina, si es que la tiene). En el resto de zonas, opte por candilejas, luminarias empotradas, plafones o escenas de luz basadas en una combinación de apliques, lámparas de pie y lámparas de sobremesa.
¿Quiere ver ejemplos? Esperemos que esta selección de fotos de decoración con lámparas colgantes le abran los ojos a lo espectacular que puede resultar este elemento.

Vía: Decofilia

















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