Si es admirador de películas o series neoyorquinas, seguro que ha oído hablar de los Hamptons. Esa zona costera del este de Nueva York, donde los ricos y famosos pasan parte de sus vacaciones de verano. Si recuerdan a las protagonistas de Sexo en Nueva York pasando el día en un club, o a Diane Keaton en Cuando menos te lo esperas (2003), en aquella impresionante mansión, la decoración Hamptons le va a cautivar.
Las claves de la decoración Hamptons
No debemos olvidar que, aunque son los lugares de veraneo de la clase alta, al fin y al cabo, son casas de playa. De ahí que sean construcciones clásicas y tradicionales, con materiales nobles, pero sin olvidar la elegancia más pura y sencilla.
Mucha luz
Para lograr una decoración Hamptons, los grandes ventanales a través de los cuales entre la luz son básicos. Suelen ser de techo a suelo y tienen vistas a los jardines o a la playa. Y las cortinas… mejor evitarlas para que entre el sol.
Otra de las constantes son los cuarterones de color blanco en las ventanas. Es un elemento muy clásico y elegante que, combinado con el resto de la decoración, confiere un carácter muy particular.
Pasión por la madera
El material por excelencia para recrear una casa con decoración Hamptons es la madera en cualquiera de sus acabados. La favorita es la reflotada, aunque la envejecida y la natural, especialmente pintada de blanco, es perfecta para revestir suelos y paredes.
Directamente del mar
Como hemos comentado, estas casas están ubicadas cerca del mar y es el lugar favorito para pasar unos días de relax de la alta sociedad neoyorquina. De ahí que la decoración con toques marineros sea una de las claves si quiere imitar este estilo.
Blanco como leitmotiv
En Long Island el color blanco y el resto de tonos neutros son los reyes de la paleta cromática. Una atmósfera suave, relajada y llena de paz es lo que uno busca tras un día de playa, ¿no cree? Piense en eso a la hora de crear su decoración Hamptons.
Eso sí, tenga en cuenta que debe siempre valerse de este color, pero sin olvidar que está recreando espacios acogedores y que inviten a la vida hogareña.
Pero ojo, el color blanco no es sinónimo de frío, ¡todo lo contrario! El estilo de los Hamptons es fresco, porque en una casa de veraneo así se precisa, pero acogedor y hogareño a la vez.
Azul como el mar
Si estamos en la playa, el color azul no puede faltar, y junto con el blanco, son la pareja perfecta. Salpique los textiles de su hogar en tonos intensos como el azul marino o el índigo. Si quiere pintar una pared, mejor que sea en tonos más claros, como el celeste o el azul ártico.
Jardines perfectos
Otra de las claves indispensables en este estilo son sus jardines perfectamente cuidados. El césped, los setos, las flores, todo está cortado al milímetro, dando una sensación de armonía y mucha paz. En los porches hay pequeñas salitas de madera y ratán con detalles chinescos donde se sientan a charlar por las tardes y a tomar un tentempié.
Sí, sabemos que no todos tenemos un porche en casa, o un jardín, pero si quiere conocer este estilo a fondo, debe saberlo. ¿Cómo ponerlo en práctica en su minipiso? Pues con plantas y floreros elegantes, olvídese de lo exótico.
Si hay un elemento decorativo que es 100 % Hamptons, esa es la silla Adirondack, cuyo nombre hace honor a las montañas homónimas de Westport.
Fue creada por Thomas Lee en 1903 y se caracteriza porque está hecha de tablones de madera planos, tanto en el asiento como en el respaldo. Su forma es ligeramente inclinada y tiene reposabrazos anchos. Si tiene una silla Adirondack, tiene una decoración Hamptons asegurada.
Ahora que ya conoce el estilo al detalle, puede darle a su casa un poco de la brisa de Long Island y llenarla de detalles sofisticados y cálidos.
Las claves de la decoración Hamptons
No debemos olvidar que, aunque son los lugares de veraneo de la clase alta, al fin y al cabo, son casas de playa. De ahí que sean construcciones clásicas y tradicionales, con materiales nobles, pero sin olvidar la elegancia más pura y sencilla.
Mucha luz
Para lograr una decoración Hamptons, los grandes ventanales a través de los cuales entre la luz son básicos. Suelen ser de techo a suelo y tienen vistas a los jardines o a la playa. Y las cortinas… mejor evitarlas para que entre el sol.
Otra de las constantes son los cuarterones de color blanco en las ventanas. Es un elemento muy clásico y elegante que, combinado con el resto de la decoración, confiere un carácter muy particular.
Pasión por la madera
El material por excelencia para recrear una casa con decoración Hamptons es la madera en cualquiera de sus acabados. La favorita es la reflotada, aunque la envejecida y la natural, especialmente pintada de blanco, es perfecta para revestir suelos y paredes.
Directamente del mar
Como hemos comentado, estas casas están ubicadas cerca del mar y es el lugar favorito para pasar unos días de relax de la alta sociedad neoyorquina. De ahí que la decoración con toques marineros sea una de las claves si quiere imitar este estilo.
Por supuesto se puede valer de las conchas que recoja durante sus paseos a la orilla del mar, detalles tipográficos con cuerdas en los que leamos palabras como ‘beach’, ‘sun’, ‘pier’, ‘sand’. Un cuadro con anclas, remos o faros (el Faro de Montauk es el más representativo de la zona). Textiles a rayas azules y blancas. Recree un ambiente náutico en casa.
Blanco como leitmotiv
En Long Island el color blanco y el resto de tonos neutros son los reyes de la paleta cromática. Una atmósfera suave, relajada y llena de paz es lo que uno busca tras un día de playa, ¿no cree? Piense en eso a la hora de crear su decoración Hamptons.
Eso sí, tenga en cuenta que debe siempre valerse de este color, pero sin olvidar que está recreando espacios acogedores y que inviten a la vida hogareña.
Pero ojo, el color blanco no es sinónimo de frío, ¡todo lo contrario! El estilo de los Hamptons es fresco, porque en una casa de veraneo así se precisa, pero acogedor y hogareño a la vez.
Azul como el mar
Si estamos en la playa, el color azul no puede faltar, y junto con el blanco, son la pareja perfecta. Salpique los textiles de su hogar en tonos intensos como el azul marino o el índigo. Si quiere pintar una pared, mejor que sea en tonos más claros, como el celeste o el azul ártico.
Jardines perfectos
Otra de las claves indispensables en este estilo son sus jardines perfectamente cuidados. El césped, los setos, las flores, todo está cortado al milímetro, dando una sensación de armonía y mucha paz. En los porches hay pequeñas salitas de madera y ratán con detalles chinescos donde se sientan a charlar por las tardes y a tomar un tentempié.
Sí, sabemos que no todos tenemos un porche en casa, o un jardín, pero si quiere conocer este estilo a fondo, debe saberlo. ¿Cómo ponerlo en práctica en su minipiso? Pues con plantas y floreros elegantes, olvídese de lo exótico.
Si hay un elemento decorativo que es 100 % Hamptons, esa es la silla Adirondack, cuyo nombre hace honor a las montañas homónimas de Westport.
Fue creada por Thomas Lee en 1903 y se caracteriza porque está hecha de tablones de madera planos, tanto en el asiento como en el respaldo. Su forma es ligeramente inclinada y tiene reposabrazos anchos. Si tiene una silla Adirondack, tiene una decoración Hamptons asegurada.
Ahora que ya conoce el estilo al detalle, puede darle a su casa un poco de la brisa de Long Island y llenarla de detalles sofisticados y cálidos.
Vía: midecoración
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