El restaurante POPA, abre la zona Norte de Madrid, en la calle Santa María Magdalena 14, en el edificio PROA, con el objetivo de ser un restaurante donde le guste comer a diario y en las ocasiones especiales.
Su propuesta gastronómica ofrece dos alternativas, siempre de la misma calidad. Por un lado un menú diario donde reinventan una apuesta tradicional sin perder la esencia, perfecto para todos los que vamos con un poco de prisa por el trabajo. Y por otro, si disponen de más tiempo, la elección a la carta que no les dejará indiferentes, ya que encontrarán propuestas donde dan rienda suelta a la imaginación y la innovación.
El concepto del proyecto se basa en la apertura de los espacios, anteriormente divididos y poco funcionales, el estudio de los recorridos para la utilización del local de una manera profesional y conexionarlos estéticamente, realizando una lectura literal de la idea principal, sin añadidos.
El local se convierte en un espacio de líneas puras y limpias, acotando la cantidad de materiales y elementos, con colores de baja saturación, utilizando la geometría básica con un mismo lenguaje conducido a través de toda su dimensión.
Espacialmente se divide en 5 crujías que comparten una fachada principal permeable, interrumpidas por unos muros de carga de hormigón macizo que componen, junto a los muros perimetrales, los ejes de isometría.
Partiendo de estos ejes, de tres planos oblicuos imaginarios (que se proyectan en planta a 90º grados entre ellos) y de sus intersecciones, se plasman los cambios de material, color y líneas de corte perimetrales.
El primer plano parte de la pared medianera y llega hasta la segunda crujía, pasando a través de la cocina y, el segundo y tercer plano, intersectan entre ellos en el salón central, dividiendo estéticamente en 4 partes los 3 salones.
Verticalmente, los materiales cambian en las intersecciones, pasando de enfoscados a enlucidos rayados y modificando el tono de los revestimientos de terrazo y de los textiles de piel microperforada que confeccionan las bancadas corridas perimetrales. En el solado, dan lugar a líneas de contorno que conforman el corte o suelos continuos que rellenan su interior. En el techo se plasma mediante cambios de color.
La fachada principal, es un escaparate de vidrio de principio a fin, que proporciona iluminación natural y le dota de presencia. La madera está presente en techo, mobiliario y las celosías venecianas que decoran y adecúan la entrada de luz directa al local. También proporciona la posibilidad de poder disfrutar de su comida mirando hacia el exterior de una manera agradable.
En la envolvente del local se han intentado respetar los materiales originales, desnudando el solado de piedra caliza y los muros portantes de hormigón.
Los materiales principales utilizados son enfoscados, enlucidos rayados y terrazos, y se ha mejorado el confort acústico a través de un revestimiento de partículas de madera para las zonas más bajas.
Se ha escogido una gama de colores calmados, con una baja saturación en tonos: azules, verdes, grises y marrones.
El mármol aparece en diferentes acabados: Marquina, Macael y Emperador, sofisticando y aportando calidad a una envolvente limpia sin artificios, donde prima la funcionalidad, el confort y un estilo actual.
La mayor parte del mobiliario se ha realizado a medida, a excepción de las sillas, los taburetes y las lámparas decorativas, de diseño nórdico, que siguen la gama cromática y los materiales utilizados.
Para más información visiten: Estudio Byral, Restaurante Popa
Vía: Infurma
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