¿Se va a casar? ¿Aún tiene dudas sobre cómo decorar el altar para una boda? Le mostramos algunos consejos interesantes sobre cómo hacer que la celebración esté cuidada hasta el último detalle.
El altar es la zona que queda más visible durante la ceremonia, es decir, se convierte en un escenario donde no hay que pasar por alto la decoración, debe haber armonía y elegancia. Merece la pena trabajar bien este espacio para lograr un buen resultado.
Estéticamente, no es necesario recargar el altar, simplemente hacen falta ciertos elementos que puedan complementar el acto y generar un efecto bonito y positivo que agrade a los invitados.
Altar para una boda en una iglesia
Comúnmente se realizan las bodas en las iglesias, aunque bien es cierto que cada vez proliferan más bodas religiosas en exteriores o civiles en espacios como jardines, playas, etc.
Dentro de la iglesia, hay que guardar un decoro. Por eso, la decoración no puede ser muy exuberante ni aplicar recursos que puedan generar cierta incomodidad con los cánones que marca la iglesia. Una manera muy buena de decorar el altar sería así:
Uso de paños blancos: estos puede ser dispuestos en diversas zonas: en el altar, en las barandillas (en el caso de que las haya), etc. La cuestión es que el blanco refleje un sentido de pureza y vaya acorde con el vestido de la novia.
Flores: se pueden colocar centros de flores sobre y bajo el altar, en el pasillo por el que caminan los novios y, sobre todo, en torno a los novios, tanto en las escaleras como en la zona donde ellos se encuentran.
Velas: para que se haga de este espacio un lugar más romántico, las velas aportan calidez, templanza, tranquilidad, desasosiego, embellecen el lugar y dinamizan con su luz.
En el fondo, no hay que recargar en exceso, solamente hay que aplicar un contenido de armonía y dulzura. Con estos recursos se guarda un respeto al templo a la vez que se decora.
Boda en un jardín
En el caso de que la ceremonia se realice en un jardín, pueden aplicarse los componentes descritos en el apartado anterior si la boda es religiosa.
Por otro lado, proliferan mucho las bodas en jardines, donde el acto es civil y no religioso. Así, la decoración cambia y existe más libertad a la hora de aplicar unos recursos u otros.
Flores y pétalos: de nuevo, no pueden faltar en el altar. Son el principal medio de conexión de la boda con la naturaleza. Los pétalos, a su vez, generan un efecto muy bonito si se distribuyen por el suelo, engalanando la zona.
Paños a modo de teatro: la ceremonia es un acto que puede “teatralizarse” a través de paños, ya sean de color blanco como de cualquier otro tono. Ayudan a escenificar enmarcando a los novios y atrayendo la mirada.
Pérgola: a través de este recurso, se pueden disponer tanto paños como una pequeña techumbre que permita dar sombra a la vez que se delimita cuál es el altar o zona de casamiento.
Boda en la playa
Las bodas que se realizan en la playa pueden tener un cierto toque más informal y hippie. Evidentemente, no es un lugar apropiado para ceremonias, pero los actos quedan realmente bonitos si se decoran bien.
De nuevo, pueden utilizarse recursos como son las flores, los paños, la pérgola, etc. No cabe duda que son los principales recursos que aportan un toque galante.
Si se desea darle cierta informalidad, pueden colocarse maceteros con plantas silvestres. De este modo, el altar adquiere un carácter mucho más original y se rompen los estereotipos decorativos de las bodas.
Si se duda en la elección de colores, aquí pueden tener importante presencia tonos como el blanco, azul cielo, morado, naranja, verde, entre otros. Incluso, puede hacerse una combinación entre ellos mismos.
Por tanto, la decoración del altar tiene que amoldarse al espacio donde se produce la celebración. En otras palabras, el diálogo que se establece entre la decoración y el escenario es fundamental.
Altar para una boda en una iglesia
Comúnmente se realizan las bodas en las iglesias, aunque bien es cierto que cada vez proliferan más bodas religiosas en exteriores o civiles en espacios como jardines, playas, etc.
Dentro de la iglesia, hay que guardar un decoro. Por eso, la decoración no puede ser muy exuberante ni aplicar recursos que puedan generar cierta incomodidad con los cánones que marca la iglesia. Una manera muy buena de decorar el altar sería así:
Uso de paños blancos: estos puede ser dispuestos en diversas zonas: en el altar, en las barandillas (en el caso de que las haya), etc. La cuestión es que el blanco refleje un sentido de pureza y vaya acorde con el vestido de la novia.
Flores: se pueden colocar centros de flores sobre y bajo el altar, en el pasillo por el que caminan los novios y, sobre todo, en torno a los novios, tanto en las escaleras como en la zona donde ellos se encuentran.
Velas: para que se haga de este espacio un lugar más romántico, las velas aportan calidez, templanza, tranquilidad, desasosiego, embellecen el lugar y dinamizan con su luz.
En el fondo, no hay que recargar en exceso, solamente hay que aplicar un contenido de armonía y dulzura. Con estos recursos se guarda un respeto al templo a la vez que se decora.
Boda en un jardín
En el caso de que la ceremonia se realice en un jardín, pueden aplicarse los componentes descritos en el apartado anterior si la boda es religiosa.
Por otro lado, proliferan mucho las bodas en jardines, donde el acto es civil y no religioso. Así, la decoración cambia y existe más libertad a la hora de aplicar unos recursos u otros.
Flores y pétalos: de nuevo, no pueden faltar en el altar. Son el principal medio de conexión de la boda con la naturaleza. Los pétalos, a su vez, generan un efecto muy bonito si se distribuyen por el suelo, engalanando la zona.
Paños a modo de teatro: la ceremonia es un acto que puede “teatralizarse” a través de paños, ya sean de color blanco como de cualquier otro tono. Ayudan a escenificar enmarcando a los novios y atrayendo la mirada.
Pérgola: a través de este recurso, se pueden disponer tanto paños como una pequeña techumbre que permita dar sombra a la vez que se delimita cuál es el altar o zona de casamiento.
Boda en la playa
Las bodas que se realizan en la playa pueden tener un cierto toque más informal y hippie. Evidentemente, no es un lugar apropiado para ceremonias, pero los actos quedan realmente bonitos si se decoran bien.
De nuevo, pueden utilizarse recursos como son las flores, los paños, la pérgola, etc. No cabe duda que son los principales recursos que aportan un toque galante.
Si se desea darle cierta informalidad, pueden colocarse maceteros con plantas silvestres. De este modo, el altar adquiere un carácter mucho más original y se rompen los estereotipos decorativos de las bodas.
Para aportar luz, pueden colocarse antorchas o también farolillos que aporten una luz tenue y sosegada. Así, se consigue un toque de sutileza y relajación.
Si se duda en la elección de colores, aquí pueden tener importante presencia tonos como el blanco, azul cielo, morado, naranja, verde, entre otros. Incluso, puede hacerse una combinación entre ellos mismos.
Por tanto, la decoración del altar tiene que amoldarse al espacio donde se produce la celebración. En otras palabras, el diálogo que se establece entre la decoración y el escenario es fundamental.
Vía: midecoración
No hay comentarios:
Publicar un comentario