Son Felip se haya en la zona norte de la isla de Menorca, a 12km de Ciutadella. La finca goza de unas vistas privilegiadas. Tierras de cultivo y caminos que cruzan el bosque brindan un paisaje típicamente mediterráneo.
En el año 2014 los nuevos propietarios empezaron las obras de rehabilitación para reconvertirla en un singular hotel rural. Ahora, Pilar Líbano culmina el proyecto con una reforma e interiorismo acordes con lo más auténtico de la isla balear.
Muchas casas en una
La finca está compuesta por distintas áreas. Por un lado, se encuentra la casa principal. Ésta se divide en dos niveles y dispone de cinco habitaciones suite. Tres de ellas son independientes, con su propia entrada, para que el huésped tenga total privacidad. La casa cuenta con 150m2 de zonas comunes: recepción, sala de estar, comedor, un estudio en el altillo y, por supuesto, piscina.
El color tradicional: pintura blanca a la cal
El objetivo del proyecto ha sido devolver el aspecto original de la casa, incorporando las comodidades actuales. Para ello, Líbano se ha centrado en la recuperación de las boyeras (antiguos establos) y en el uso de la típica pintura a la cal menorquina. El predominio del blanco encuentra pequeños contrapuntes con algunos matices grises.
Muebles y detalles de madera
La madera de roble suma un cáliz rústico de la casa. La encontramos principalmente en suelos y muebles, muchos de ellos diseño del propio estudio de interiorismo. También en algunas estancias la carpintería está hecha de madera. Su tono natural conecta de pleno con el entorno rural.
Mimbre, el material más rústico
No hay material más rústico y campestre que el mimbre. En Son Felip, las fibras naturales (mimbre, rafia, yute) están presentes en el mobiliario de todas las estancias: desde lámparas, hasta cabezales de cama, alfombras o sillones.
Baños de piedra blanca
Para los baños, la interiorista ha combinado la madera de roble y la pintura a la cal con piedra blanca. La armonía de colores y materiales es absoluta.
La naturalidad del lino
En cuanto a los accesorios textiles como sábanas y cortinas, sin duda el lino debía ser el tejido protagonista. Asimismo, éste se combina con el clásico estampado balear, la lengua mallorquina, en cojines y sillones tapizados.
Proyecto: Estudio P.Líbano, con la colaboración de Jaume Pons Arquitectura y 180 Arquitectura Menorca.
Muchas casas en una
La finca está compuesta por distintas áreas. Por un lado, se encuentra la casa principal. Ésta se divide en dos niveles y dispone de cinco habitaciones suite. Tres de ellas son independientes, con su propia entrada, para que el huésped tenga total privacidad. La casa cuenta con 150m2 de zonas comunes: recepción, sala de estar, comedor, un estudio en el altillo y, por supuesto, piscina.
Por otro lado, está el Lodge, un apartamento con dos dormitorios suite. Tiene cocina propia y zona living room.
El color tradicional: pintura blanca a la cal
El objetivo del proyecto ha sido devolver el aspecto original de la casa, incorporando las comodidades actuales. Para ello, Líbano se ha centrado en la recuperación de las boyeras (antiguos establos) y en el uso de la típica pintura a la cal menorquina. El predominio del blanco encuentra pequeños contrapuntes con algunos matices grises.
Muebles y detalles de madera
La madera de roble suma un cáliz rústico de la casa. La encontramos principalmente en suelos y muebles, muchos de ellos diseño del propio estudio de interiorismo. También en algunas estancias la carpintería está hecha de madera. Su tono natural conecta de pleno con el entorno rural.
Mimbre, el material más rústico
No hay material más rústico y campestre que el mimbre. En Son Felip, las fibras naturales (mimbre, rafia, yute) están presentes en el mobiliario de todas las estancias: desde lámparas, hasta cabezales de cama, alfombras o sillones.
Baños de piedra blanca
Para los baños, la interiorista ha combinado la madera de roble y la pintura a la cal con piedra blanca. La armonía de colores y materiales es absoluta.
La naturalidad del lino
En cuanto a los accesorios textiles como sábanas y cortinas, sin duda el lino debía ser el tejido protagonista. Asimismo, éste se combina con el clásico estampado balear, la lengua mallorquina, en cojines y sillones tapizados.
Proyecto: Estudio P.Líbano, con la colaboración de Jaume Pons Arquitectura y 180 Arquitectura Menorca.
Vía: diarioDESIGN
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