Entre sus muchas ventajas se encuentra su discreto diseño, tanto es así, que ni se dará cuenta de que existe salvo cuando lo esté usándolo. Su formato de cajón plano se acopla bajo los muebles de cocina en el zócalo, por lo que no puede tener problemas para encontrarle un sitio.
El cajón le permite recoger las migas del barrido diario sin tener que depender del recogedor. Con la escoba le bastará y le sobrará para la tarea habitual de recoger los restos de la estancia.
Hay dos ventajas muy evidentes: por un lado está la eficacia de recogida, -no se le quedará nada sin retirar- y por otro la eliminación del recogedor en su vida, un elemento menos a guardar y del que depender en la cocina.
Al parecer, para que funcione basta con que golpee suavemente el pie contra su aleta y ésta se abrirá y absorberá la suciedad.
Aunque por ser uno de los sitios con más tránsito y en el que más residuos se genera lo lógico es colocarlo en la cocina (migas...), también se puede adaptar a muebles de otras estancias. Lo único que necesita es una fuente de alimentación (un enchufe), de 230 voltios.
El funcionamiento del cajón es el mismo sistema que el de un aspirador tradicional que incluye una bolsa que se vacía y se cambia cada cierto tiempo. Al parecer también es posible acoplarle un alargador para aspirar otras superficies de la zona.
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