“La madre de los dueños de este local soñaba con que sus hijos llevaran un trozo de su Italia natal a la ciudad francesa de Lyon, mediante una de sus recetas más tradicionales: la piadina. Un pan plano de harina de trigo, que se puede comer como acompañante o relleno de ingredientes típicos de la gastronomía italiana”, cuentan Ana Milena Hernández Palacios y Christophe Penasse, de Masquespacio. Los propietarios, Arthur y Mathilde, contactaron con la pareja de diseñadores con una premisa muy clara: querían un espacio fresco y moderno, capaz de presentar esta receta tradicional al público más joven y actual.
Bautizado como la Piada Lyon, en homenaje a la piadina, el nuevo local se sitúa en un centro comercial multiespacio del barrio Confluence, entre edificios residenciales de reconocidos arquitectos y antiguas fábricas reutilizadas para eventos y ocio. A partir de un briefing muy claro, que demandaba un espacio que transmitiera el origen italiano del producto en venta, con sus elementos tradicionales e ingredientes naturales, Masquespacio ha recreado una imagen moderna, que al mismo tiempo evoca al pasado. Para ello, los diseñadores han utilizado azulejos de estética artesanal, que combinados con una barra de lámparas doradas y arcos con espejos recuerdan a los bares tradicionales de la antigua Italia. De vibrantes colores, el local se llena de plantas, madera y terracota, que aportan un toque natural al espacio. Sobre una de las paredes se ilumina el neón “Un poco de Italia”, elemento clave en el proyecto para los fundadores de la Piada.
Bautizado como la Piada Lyon, en homenaje a la piadina, el nuevo local se sitúa en un centro comercial multiespacio del barrio Confluence, entre edificios residenciales de reconocidos arquitectos y antiguas fábricas reutilizadas para eventos y ocio. A partir de un briefing muy claro, que demandaba un espacio que transmitiera el origen italiano del producto en venta, con sus elementos tradicionales e ingredientes naturales, Masquespacio ha recreado una imagen moderna, que al mismo tiempo evoca al pasado. Para ello, los diseñadores han utilizado azulejos de estética artesanal, que combinados con una barra de lámparas doradas y arcos con espejos recuerdan a los bares tradicionales de la antigua Italia. De vibrantes colores, el local se llena de plantas, madera y terracota, que aportan un toque natural al espacio. Sobre una de las paredes se ilumina el neón “Un poco de Italia”, elemento clave en el proyecto para los fundadores de la Piada.
Para más información visiten: Masquespacio
Vía: experimenta
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