Conservar y renovar
El resultado es una vivienda sensible con la esencia del edificio, capaz de atraer al presente -con maestría y encanto- la tradición de la arquitectura. La homogeneidad de la calle esconde las singularidades del interior, envolviendo la vivienda en historia y poniéndola en contexto. Un apartamento que conserva a la perfección la envolvente para aportar un interior nórdico lleno de detalles románticos.
Un conjunto en armonía
El espacio principal despunta como un interior fresco donde la luz natural inunda el espacio y sorprende al visitante. Esquema diáfano y limpio, de estilo puramente nórdico. La total apertura del espacio, tanto hacia el exterior como interiormente, permite el uso optimizado de la vivienda, sin renunciar a estancias holgadas. Un espacio actual que sirve de lienzo en blanco donde colocar los elementos traídos del pasado, puertas y contraventanas, restauradas e instaladas de nuevo, y molduras. Un diálogo entre pasado y futuro que se materializa con la incorporación de piezas, formas y materiales, donde nada se eleva sobre nada, todo encaja. Un espacio limpio, elegante y tranquilo. Un pequeño y coqueto balcón nos da la bienvenida para disfrutar de largos desayunos. Sillas y mesas en hierro forjado y diferentes textiles nos hacen disfrutar de un espacio acogedor al aire libre.
Envolvente clara y sencilla
Materiales sencillos y un claro reconocimiento para resolver espacios que consigue crear una armonía absoluta. El blanco se emplea en la envolvente, aplicado en paredes y falsos techos. Allí donde el proyecto ofrecía elementos de valor, se conserva el material visto, como recuerdo de la tradición constructiva del edificio. Así, se desvela un tramo de muro de ladrillo en la zona de la cocina, ofreciendo un alto grado de modestia y materialidad. El suelo se cubre por completo con un pavimento de madera, un acertado gesto de unión de espacios, que suma coherencia al interior.
De estilo Scandi
A la entrada de la vivienda se alojan la cocina y comedor. La pared posterior queda cubierta por completo con un set de mobiliario de suelo a techo, que incorpora los equipos de cocina. El color en verde mint mate unifica el conjunto e integra cada una de las piezas en la envolvente. La calidez y el toque acogedor lo aporta la instalación de una encimera de madera. La intervención revela la estructura del edificio, que muestra con orgullo la dureza del material en un antojo de sinceridad constructiva.
Detalles de sofisticación en negro
Los muebles históricos conviven con nuevas piezas, un juego compositivo que genera diversidad y enriquece el espacio. Los tonos neutros reinan en esta vivienda estudio, blancos, grises y negros son el lienzo que hacen destacar el resto de pequeños detalles. Cada elemento es una pieza decorativa en sí misma.
Color para un descanso absoluto
El final del recorrido nos lleva al dormitorio principal, donde encontramos una estancia nítida, y holgada. Llena de detalles de estilo nórdico. Con textiles y ropa de cama en tonos rojos, el espacio cobra vida y adquiere un nuevo sentido convirtiéndose de repente en una estancia fresca, despierta y vibrante, perfecta para el descanso. Un espacio claro y despejado, lleno de luz natural. La generosa altura del techo descomprime la estancia, donde la forma cuadrada del dormitorio hace que sea fácil de amueblar. Las paredes se tiñen en un gris suave que combina a la perfección con el pavimento continuo en madera natural de todo la vivienda.
Sencillez, funcionalidad y estilo
El baño es un alarde de sofisticación. El interior se reviste de un suave alicatado estilo metro, con una junta mínima en gris grafito; y para el pavimento baldosas hexagonales en tono antracita, que envuelve la estancia en una paleta elegante y natural. Siendo una apuesta perfecta. Luz y atemporalidad.
Para más información visiten: Alvhem
Vía: habitissimo
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