El restaurante actualiza la preparación y presentación de recetas y sabores característicos en la cocina colombiana. Su nombre, “La Principal”, se inspira en la costumbre de llamar así a la calle más importante y sobre la que se desarrolla toda la actividad económica y cultural de los pueblos tradicionales colombianos. El mayor reto de branding, fue elaborar una interpretación visual moderna que encajara con la propuesta gastronómica del restaurante y mantuviera la coherencia de los aspectos visuales y arquitectónicos.
La casa es parte de un conjunto de bienes de interés cultural y está ubicada en el barrio Chapinero Alto (Bogotá – Colombia) un lugar estratégico, con alto impacto a nivel metropolitano. El proyecto se enfocó en eliminar lo que se había venido agregando a la construcción original, resaltar el estilo arquitectónico y reforzar la oferta gastronómica del restaurante: “actualizar nuestras tradiciones al contexto”. Buscaron resaltar los componentes característicos de este tipo de casas (como el zaguán, el patio, las circulaciones de servicio, etc.) para definir “regiones”, asociadas a los orígenes de las recetas. Retomaron elementos tradicionales como piedra maciza, lajas de río recortadas, muros en tierra, ladrillos artesanales y celosías, uso estructural de madera, adoquines en ladrillo, enchapes artesanales, tapia pisada y los colores propios de la colonia.
La zonificación del proyecto está marcada por los pisos de una manera bastante sutil: en el acceso una madera rústica de zapán, en el hall de circulación usamos baldosas artesanales en colores diseñados especialmente para el proyecto, en la zona de estadía central instalamos un adoquín en dos colores, inspirados en motivos precolombinos y en el patio recuperaron un ladrillo modular existente.
El mobiliario es diseño de KdF Arquitectura y se desarrolló con ebanistas y ornamentadores locales. En las mesas emplearon superficies en listones de madera inspiradas en las canoas de sus pescadores y estructuras metálicas que se inspiran en las mecedoras de la costa, que mezclan el metal estructural y elementos lineales. Para el patio emplearon sillas en metal fundido, que evocan los primeros muebles industrializados, a las que adicionaron cojines. También emplearon piezas funcionales, traídas de diferentes épocas, para construir una atmósfera asociada a los mercados, pero bastante controlada. Desarrollaron las luminarias, también con proveedores locales, buscando un equilibrio entre elementos románticos y materiales industriales.
Para más información visiten: KDF Arquitectura
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