Los papeles pintados vinílicos se encuentran entre los de mayor popularidad del mercado actual. La razón estriba en su alta resistencia y versatilidad.
La película de vinilo consigue que el papel pintado sea altamente resistente a la humedad al evitar la transpiración. Esto mismo lo hace fácilmente lavable, con un simple paño humedecido.
Por estas características, el papel pintado vinílico se puede utilizar en cualquier parte de una vivienda: en las zonas de mayor tránsito, como el salón y el comedor; en las estancias donde más está presente la humedad, como la cocina y los baños; y, especialmente, en las habitaciones en las que hay mayor riesgo de sufrir manchas o arañazos, como son las habitaciones de los niños. El papel pintado vinílico también es adecuado para locales comerciales y oficinas.
Hay quien aconseja la utilización del papel vinílico, por ejemplo, únicamente en uno de los paños de la estancia y en superficies pequeñas, pues lo percibe como más frío que otros tipos de papel. Lo cierto es que hay miles de diseños como para que cada uno decore y combine según sus gustos.
Otra ventaja del papel pintado vinílico es que resiste muy bien la agresión de los rayos solares. Por tanto, en estancias que reciben directamente la luz del sol también se puede colocar sin temor a que los dibujos y colores se desgasten rápidamente.
La forma de colocación de los papeles vinílicos pasa por la utilización de un pegamento de tipo metilcelulosa que es necesario aplicar tanto a la pared como a los rollos de papel. Se vende también con una capa preencolada. Es necesario asegurarse de que la pared esté bien alisada y que se hayan cubierto previamente juntas y pequeños orificios.
Vía: Papel Pintado Web
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