Al papel pintado vinilizado se le conoce también como papel pintado lavable. Incorpora una capa de una especie de barniz que suele ser de PVA (acetato de polivinilo) que es la que, entre otras cosas, facilita su limpieza.
Hace unos años era imposible pensar en colocar papel pintado en los cuartos de baño o en las cocinas. Sin embargo, gracias a la protección frente a la humedad que ofrece la capa de barniz que comentamos, hoy en día no solo es perfectamente posible, sino recomendable para conseguir efectos decorativos sorprendentes.
No se trata necesariamente de empapelar todo el baño o la cocina, sino de seleccionar una de la paredes para resaltarla con colores, dibujos o tramas y conseguir un efecto único y original.
Aunque por su nombre pudiera llevarnos a confusión, no es lo mismo un papel pintado vinilizado que uno vinílico. La capa plástica que incorpora el vinilizado es más ligera que la del vinílico y, por lo tanto, su resistencia ante una limpieza constante o enérgica, es menor. En habitaciones de mayor tránsito también es más recomendable el vinílico que el vinilizado.
El vinilizado es un papel pintado más económico que el vinílico. De hecho, son una buena opción si no queremos hacer una inversión demasiado alta. Eso sí, hay que tener en cuenta que al ser menos robustos que los vinílicos, podemos encontrarnos con mayores problemas en su colocación.
Para practicar este tipo de empapelado, hay que untar de cola de metilcelulosa tanto el papel como la pared.
Las manchas sobre el papel vinílico se limpian con una simple esponja húmeda, y si hace falta con un poco de jabón neutro añadido.
Aunque seguro que justo antes de ponerlo nadie se lo va a plantear, uno de los problemas que ofrece el papel pintado vinilizado es su dificultad para arrancarlo cuando se trata de quitarlo.
Como en los otros tipos de papel, existe una variadísima gama de diseños en papeles pintados vinilizados.
Vía: Papel Pintado Web
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