miércoles, 24 de junio de 2015

El estudio de la diseñadora Miriam Barrio: como en casa, en ningún sitio.

Convertir un viejo almacén del barrio de Gràcia de Barcelona en un estudio de diseño, no parece difícil. Pero convertirlo de la manera más acogedora posible, para que el cliente se sienta como en casa y el viandante sienta curiosidad por el espacio, ya merece algo más de imaginación. Así nace el nuevo estudio de la diseñadora de interiores Miriam Barrio.



El viejo almacén de obra situado en la calle Topazi, de pequeño tamaño y doble altura, ha sido completamente rehabilitado y transformado. Para beneficiarse de las altas dimensiones que caracterizaban un espacio como éste, el toque original lo pone una estructura en forma de casita de madera de pino, del cual nacen las mesas de trabajo del estudio. Sentirse como en casa, en el más concreto sentido del término. Una forma simpática de enmarcar los puestos de trabajo y separarlos de las demás zonas, colectivas.

Los materiales originales han sido sacados a la luz. Así, se puede encontrar en el baño un precioso azulejo hidráulico discreto que aúna tradicional y la máxima contemporaneidad. La madera además se enriquece gracias a los acabados en blanco y en ladrillo.

Al fondo dispone de un altillo que funciona como zona chill out, ya sabemos que en esto de las oficinas de nuevo cuño no todo ha de ser trabajar.

Protagonistas también son las plantas tanto en el interior como en el exterior. De la fachada cuelgan unos cestos grandes con plantas que se pueden volver a encontrar en la entrada, enlazando así el estudio y la calle y ampliando al menos visualmente el local. El diseño sencillo y con carácter hace el resto, llamando la atención de muchos viandantes.


Para más información visiten: Miriam Barrio 
Vía: diarioDESIGN










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