Desde el principio, el estudio de arquitectura de interiores Imore quiso que su espacio de trabajo tuviera una doble función: por una parte, sería su estudio y un espacio donde recibir a sus clientes, y por otro, un showroom que reflejara su estilo y su visión minimalista del diseño de interiores.
Para reflejar esa visión minimalista, Jelle Van Laer y Ben Depuydt eligieron volúmenes límpios, líneas rectas y un omnipresente color blanco, apenas roto por algunos elementos de mobiliario negros y un mueble de baño de color naranja que queda oculto en la parte posterior del local. También concedieron especial importancia a la utilización de diferentes materiales, la iluminación y los detalles finales.
Dieron al interior un carácter abierto, sin elementos que entorpecieran la visión que llega de la calle a través de una fachada completamente acristalada. A los pies de la cristalera, crearon un volumen bajo de color negro que, a modo de vitrina, se extiende sobre una alfombra a lo largo de toda la fachada.
La oficina se dividió en dos zonas por medio de un
panel central en cobre, que tiene como propósito ocultar parte del escritorio. Los clientes son recibidos frente a este volumen, mientras que detrás se localizan dos unidades de trabajo.
Todo el escritorio se llevó a cabo a partir de un volumen dividido en tres partes. Dos piezas sirven como espacio de trabajo y una tercera se ha destinado a mesa de reuniones.
La pared que queda detrás de la mesa se equipó casi por completo con armarios de almacenaje suspendidos que recargan menos el espacio. En la parte posterior del local, se instaló una pequeña cocina y el baño con un lavabo de color naranja que imprime color y optimismo.
Para más información visiten: imore
No hay comentarios:
Publicar un comentario