Como interiorismo, Mott 32 es uno de los más originales y sorprendentes restaurantes del mundo. Posiblemente, su cocina también lo sea; una recuperación de la cocina tradicional pekinesa y cantonesa en combinación con colores y sabores de todo el mundo. Pero no vamos a hablar aquí de cocina, sino de interiorismo y, desde luego, estamos ante un espacio ante el que hay que quitarse el sombrero.
Situado en un sótano de Hong Kong, Mott 32 ha sido proyectado por una de las arquitectas jòvenes con más proyección de Asia: Joyce Wang. Ha apostado por una estética de ficción industrial (podriamos estar en Blade Runner) que utiliza muebles de la época colonial.
El restaurante está dividido en diferentes ambientes que incluye una sala para cenas privadas y otra sólo para parejas. Aquí destacan las pareces tapizadas en seda bordada y un bar decorado con objetos de la milenaria farmacia china.
La falta de luz natural ha sido paliada en parte con tragaluces. Pero la iluminación se deja en manos de lámparas inspiradas en nasas de pesca que guardan en su interior bombillas incandesdentes que proporcionan una luz tamizada. Otras lámparas se escametean dentro de globos sujetos en brazos extensibles que bajan del techo. Precisamente el techo es otro de los focos de atencion.
Una de las zonas, limitada por un tabique bajo, acoge varias mesas sobre las que una estructura realizada en metal y vidrio rodea una de esas cestas de luz. Uno de los comedores está bajo una cúpula de cañón de ladrillo rojo, como si estuviera dentro de un túnel de metro y en otro comedor cientos de cadenas cuelgan del techo.
Los casi 700 metros cuadrados del local incluyen materiales como el metal, la madera, el mimbre o el cuero en diferentes usos. Objetos insólitos como un enorme ábaco en el techo convierten al Mott 32 en un establecimiento donde se respira exclusividad y encanto.
Para más información visiten: Mott 32, Joyce Wang
Vía: Decoramus
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