Faro Barcelona, una empresa especializada en productos de iluminación desde hace más de 60 años, acaba de publicar una interesante guía con consejos para lograr la iluminación perfecta en la cocina. Es una de las estancias más importantes del hogar por el simple hecho de ser una de las más visitadas a lo largo del día, así que es importante que la luz haga acto de presencia con generosidad.
Durante el día es probable que la luz natural solucione el problema, pero cuando esa luz desaparece hay que recurrir a la artificial. Hay que pensar en lámparas capaces de cumplir con una serie de funciones que se antojan imprescindibles. Pero no solo eso importa. En el espacio donde preparamos la comida buscamos atractivo visual, seguridad para trabajar con los alimentos, un consumo contenido y unas cuantas cosas más.
Durante el día es probable que la luz natural solucione el problema, pero cuando esa luz desaparece hay que recurrir a la artificial. Hay que pensar en lámparas capaces de cumplir con una serie de funciones que se antojan imprescindibles. Pero no solo eso importa. En el espacio donde preparamos la comida buscamos atractivo visual, seguridad para trabajar con los alimentos, un consumo contenido y unas cuantas cosas más.
Factores relevantes
Funcionalidad: Es lo básico, lo que hay que pedirle a cualquier lámpara integrada en la cocina. Dependiendo del modelo y de su colocación, cumplirá con una u otra función. Esta puede ser la de iluminar una zona específica o la de contribuir a la iluminación general.
Baja emisión de calor: Si su cocina es pequeña o goza de una ventilación insuficiente, debería considerar este punto como importante. Además, las luminarias que van colocadas en estanterías y armarios también es preferible que sean de baja emisión de calor para minimizar al máximo el riesgo de incendio.
Ausencia de sombras: Si la luz produce sombras es que algo falla. La lámpara debe ir colocada en una posición en la que no emita sombras de personas, mobiliario o alimentos.
Estética: ¿Quién no le pide a una lámpara que cumpla con una función estética? Todos queremos que ilumine como es debido, pero también le pedimos que contribuya positivamente a la decoración de la cocina. Para ello es indispensable que encaje con el estilo que hemos adoptado.
Versatilidad: Es bueno que las luminarias de la cocina sean lo más versátiles posible. ¿Por qué? Pues porque es una zona de la casa en la que no solo vamos a preparar alimentos. También es probable que desayunemos, que preparemos la lista de la compra o que nos pongamos a leer.
Uniformidad: Esto significa que todas las partes de la cocina deben estar correctamente iluminadas. No es bueno que el efecto conjunto presente irregularidades y hay que prestar especial atención a las zonas que requieren más seguridad, como por ejemplo la vitrocerámica. Por eso la mayoría de campanas del mercado incorporan una pequeña luz que ilumina dicha zona si lo deseamos.
Potencia: Ni mucho ni poco. La clave está en el equilibrio. Es bueno que se pueda adaptar a las condiciones variables de la luz natural, que durante el día muestra intensidades distintas.
Correcta reproducción de los colores: Si la temperatura de color es la recomendada, no tendremos problemas para comprobar el estado de los alimentos y el punto de cocción de los mismos. De lo contario, podemos confundirnos y cometer errores.
Bajo consumo: Nos importa todo lo anterior, pero también que consuma poco. Por el bolsillo y por el medio ambiente. La cocina es una de las estancias más concurridas del hogar, así que hay que pensar en el ahorro energético.
Nota: Las lámparas que ves en la segunda y en la tercera imagen son de Faro Barcelona.
Vía: Decorablog
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