lunes, 2 de septiembre de 2013

Apartamento con doble vida en Tel Aviv, por Paritzki Liani Architects

Situado en un típico y anónimo edificio de apartamentos de la ciudad de Tel Aviv, los 110 m2 de este apartamento se transformaron en un cálido hogar con sorpresa incluida gracias a la intervención del estudio de arquitectura Paritzki Liani.  Sus responsables Paola Liani e Itai Paritzki decidieron llevar a cabo con elementos como las paredes y la iluminación un “experimento sobre la naturaleza de la percepción”.

Este “experimento” consistió en hacer recrecer las paredes existentes con paneles metálicos microperforados que pueden abrirse y cerrarse. Tras ellos se ocultan los diferentes programas funcionales: la cocina (sólo queda a la vista la isla), los armarios, la librería, el dormitorio, el cuarto de baño y la zona de almacenamiento.
Estas paredes blancas delimitan una área central, limpia y despejada, reservada a las zonas públicas de la vivienda y al estudio. En este espacio, el techo, extremadamente reflejante, produce una ilusión óptica que duplica la altura del lugar.
Además, estas mismas paredes metálicas se convierten en un dispositivo óptico que transforma y modifica la altura y la profundidad del espacio en función del tipo de luz que se utiliza.
Durante el día, esta pared perforada, compuesta de espesores variables, se convierte en un velo tridimensional que hace que desaparezcan las diferentes estancias del apartamento. Por la noche, los arquitectos han querido hacer rehacer la atención sobre una escena tan familiar como es la de pasar de la oscuridad a un espacio iluminado.
Y así crearon un segundo punto de vista para los habitantes de la vivienda. Al encender la luz, las paredes incorporan espacios no perceptibles durante el día, transformándose en una arquitectura viva que ofrece la visión de un nuevo espacio. Cuando la luz se apaga, todo vuelve a la normalidad.
Este juego de percepciones tiene lugar en un ambiente cálido y neutro, diseñado homogéneamente a través de una concreta paleta de materiales y colores que, casi queda reducida al blanco y al tono de la madera. Solamente el verde pistacho de la cama rompe la norma estética imperante.
Para más información visiten: Paritzki Liani Architects













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