Si tienen en casa aquellas ventanas de hace años, con los marcos en aluminio plateado y (para no engañarnos) bastante poco atractivas, tendrán que ir pensando en cambiarlas. No solo por lo antiestético de su acabado; también porque al ser cerramientos de hace bastantes años, probablemente no sean lo suficientemente aislantes y estén desperdiciando bastante dinero en climatizar la casa.
Pero mientras tanto, y si en estos momentos no les viene bien hacer la inversión, siempre se pueden renovar de forma eficaz y atractiva y darles un giro de 180 grados. ¿Se animan?
Burletes de caucho, buena idea
Lo primero que vamos a mirar es la funcionalidad, antes que el atractivo estético. Es decir, si sus ventanas no aíslan bien y dejan escapar el calor al tiempo que también permiten entrar a las corrientes de aire, es algo que tienen que solucionar cuanto antes. Los burletes son una excelente solución temporal y los pueden encontrar en cualquier centro de bricolaje. Lo mejor es escogerlos de caucho, mucho mejores que los de espuma, y colocarlos siempre en la hoja de la ventana en lugar de pegarlos en el marco.
Láminas anti-calor y lacados
Si las ventanas no aíslan bien del calor ahora que llega el verano, pueden forrar los vidrios por el interior con láminas especiales de plástico. Estas láminas son invisibles y evitan que gran parte de los rayos UV penetren en las casas, bajando considerablemente la temperatura de los espacios. Por otra parte, si lo que les apetece también es ocultar el feo color aluminio bajo un lacado moderno, tomen nota: lo pueden hacer aplicando una mano de imprimación para metal (con rodillo estrecho y enmascarando antes el cristal y la pared con cinta de carrocero) y dos o tres manos de esmalte-laca. En blanco, verde, granate… O incluso en tonos atrevidos, como el naranja, el violeta o el rojo intenso. Sus ventanas quedarán como nuevas.
Vía: Decorablog
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