Glòria Duran firma la rehabilitación de esta vivienda rústica en el Empordà, una casa de pueblo que ensalza todos los cálidos elementos de su pasado; la textura de la piedra y el barro, el hierro, la madera… Una sabia intervención a la que la arquitecta ha dotado de una esencia totalmente contemporánea, cómoda y muy funcional.
Esta vivienda, cuya construcción data del año 1800, está situada en una pequeña población del Baix Empordà, tan solo a 4 km de las playas de l’Escala i Empuries. La vivienda dispone de un total de 204 m2 construidos, incluyendo los porches de planta baja y planta primera, y 25 m2 de patio.
Los criterios de su rehabilitación, realizada por la arquitecto Glòria Duran Torrellas, se han basado, fundamentalmente, en el respeto por la estructura existente. Para ello, Duran ha potenciado y puesto en valor la luz natural, ha interrelacionado los espacios exteriores e interiores, y ha trabajado con materiales naturales y todo lo que estos representan: la solidez de la piedra, la calidez de la madera, la ductilidad del hierro…
La intervención en cuanto a los elementos existentes ha consistido en la recuperación de la piedra natural, tanto en las fachadas como en el interior, así como la recuperación de los pavimentos antiguos y los techos de vigas de madera y baldosa cerámica, tan característicos de estas construcciones.
La nueva distribución dota de mayor flexibilidad a los espacios creados y se resuelve en tres plantas diáfanas, cada una de ellas abiertas a un espacio exterior.
En planta baja, y relacionado con el espacio de entrada, se sitúa una zona de estar abierta al porche y al patio exterior. Bajo la “volta catalana” que conforma el porche se halla el comedor de verano, en el que destaca el pavimento recuperado de ladrillo manual colocado en espiga, que da paso al patio-jardín pavimentado con tarima de madera de Ipé. Una plancha de acero corten forma la barbacoa, hecha a medida en el mismo material. La barbacoa se complementa con un banco de carpintero antiguo donde se ubica una pica auxiliar de mármol. En la esquina ajardinada del patio, una antigua piedra de molino hace referencia al nombre de la calle. El programa de esta planta se completa con una habitación y un baño de invitados.
Por la escalera interior se accede a la planta primera, un espacio diáfano que alberga el programa de día, salón-comedor-cocina. Una chimenea metálica giratoria hace de rotula entre el salón y el espacio exterior, una galería con arcos que da carácter a la fachada.
La cocina se ha resuelto en dos ambientes diferenciados; uno que aloja la zona de aguas y los elementos en columna enmarcados por un paramento de obra, que oculta en su parte trasera la despensa y un baño de cortesía.
El antiguo tramo cerrado de escalera que conectaba la primera y segunda planta se ha sustituido por una escalera transparente con peldaños suspendidos de madera de bolondo, que logra ampliar la perspectiva del salón.
La planta superior, abuhardillada, acoge la suite principal; el dormitorio comunicado con una terraza orientada a oeste con magníficas vistas a l’Empordà, y que incluye vestidor y dos baños independientes.
Por último, la escalera se cierra en esta planta con una barandilla de chapa de acero esmaltada que se amplia en el extremo menor, configurando un escritorio volado sobre los peldaños.
Para más información visiten: Glòria Duran Torrellas Arquitecte
Vía: diarioDESIGN
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