

Partiendo de esta premisa, y sin cambiar mucho la distribución interior, el estudio liderado por Alfons Tost ha conseguido mantener un ambiente rústico pero actual, vigente y confortable. Ello se ha conseguido gracias a la intencionada selección de materiales, la gama de colores empleada y el juego de texturas. Y, sobre todo, gracias al estudiado look del mobiliario, que combina clásicos del diseño con piezas contemporáneas.
El juego visual de materiales y texturas han sido clave en este proyecto. Para ello, se han empleado maderas vistas tratadas de manera muy natural en el suelo, en la escalera y en las piezas de mobiliario.

Una segunda intervención, más localizada, la encontramos en la chimenea. Mientras que en las demás casas vecinas el hogar se limita a un foco puntual, en este proyecto “buscábamos recrear el ambiente más cálido en toda la pared del salón” señala el interiorista. Se ha conseguido haciendo de la chimenea un gran mueble que acoge librería, zona audiovisual y hogar. Todo ello forrado en otro material noble: el hierro natural.

Para ello la escalera, a menudo considerada como un elemento residual, se ha convertido en este proyecto en un elemento muy visual, casi una escultura. Se ha conseguido con madera bien tratada y muy bien trabajada, junto con una gran plataforma de piedra natural que ayuda a organizar un espacio de entrada y circulación.

Para más información visiten: alfons tost
Vía: diarioDESIGN
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