El interiorista Alfons Tost y su equipo han regalado a esta casa rústica de montaña diseños y colores muy poco usuales en este tipo de interiores. Maderas claras y sin tratar, unidas a los tonos grisáceos del microcemento, logran una atmósfera renovada, repleta de diseños y guiños contemporáneos. Así, la atmósfera rústica ha ganado una apariencia más liviana y actual sin perder ni un ápice de calidez ni comodidad.
El encargo era claro: una casa unifamiliar esquinera cuyos interiores necesitaban diferenciarse del estándar vendido, ya que no encajaban para nada con los gustos y necesidades del cliente.
Partiendo de esta premisa, y sin cambiar mucho la distribución interior, el estudio liderado por Alfons Tost ha conseguido mantener un ambiente rústico pero actual, vigente y confortable. Ello se ha conseguido gracias a la intencionada selección de materiales, la gama de colores empleada y el juego de texturas. Y, sobre todo, gracias al estudiado look del mobiliario, que combina clásicos del diseño con piezas contemporáneas.
El juego visual de materiales y texturas han sido clave en este proyecto. Para ello, se han empleado maderas vistas tratadas de manera muy natural en el suelo, en la escalera y en las piezas de mobiliario.
Las texturas de piedra también se aprecian y dejan a la vista en la escalera y la chimenea, mientras que el hierro negro natural da forma al mueble de chimenea.
Una segunda intervención, más localizada, la encontramos en la chimenea. Mientras que en las demás casas vecinas el hogar se limita a un foco puntual, en este proyecto “buscábamos recrear el ambiente más cálido en toda la pared del salón” señala el interiorista. Se ha conseguido haciendo de la chimenea un gran mueble que acoge librería, zona audiovisual y hogar. Todo ello forrado en otro material noble: el hierro natural.
Otra importante intervención llevada a cabo por el interiorista ha consistido en conseguir que la comunicación entre “arriba y abajo” fuera coherente con el resto de la casa.
Para ello la escalera, a menudo considerada como un elemento residual, se ha convertido en este proyecto en un elemento muy visual, casi una escultura. Se ha conseguido con madera bien tratada y muy bien trabajada, junto con una gran plataforma de piedra natural que ayuda a organizar un espacio de entrada y circulación.
Por su parte, el equipamiento de cocina y baños, así como la selección de piezas y su distribución en los dormitorios, buscan también, intencionadamente, alejarse del rústico más tradicional.
Para más información visiten: alfons tost
Vía: diarioDESIGN
El encargo era claro: una casa unifamiliar esquinera cuyos interiores necesitaban diferenciarse del estándar vendido, ya que no encajaban para nada con los gustos y necesidades del cliente.
Partiendo de esta premisa, y sin cambiar mucho la distribución interior, el estudio liderado por Alfons Tost ha conseguido mantener un ambiente rústico pero actual, vigente y confortable. Ello se ha conseguido gracias a la intencionada selección de materiales, la gama de colores empleada y el juego de texturas. Y, sobre todo, gracias al estudiado look del mobiliario, que combina clásicos del diseño con piezas contemporáneas.
El juego visual de materiales y texturas han sido clave en este proyecto. Para ello, se han empleado maderas vistas tratadas de manera muy natural en el suelo, en la escalera y en las piezas de mobiliario.
Las texturas de piedra también se aprecian y dejan a la vista en la escalera y la chimenea, mientras que el hierro negro natural da forma al mueble de chimenea.
Una segunda intervención, más localizada, la encontramos en la chimenea. Mientras que en las demás casas vecinas el hogar se limita a un foco puntual, en este proyecto “buscábamos recrear el ambiente más cálido en toda la pared del salón” señala el interiorista. Se ha conseguido haciendo de la chimenea un gran mueble que acoge librería, zona audiovisual y hogar. Todo ello forrado en otro material noble: el hierro natural.
Otra importante intervención llevada a cabo por el interiorista ha consistido en conseguir que la comunicación entre “arriba y abajo” fuera coherente con el resto de la casa.
Para ello la escalera, a menudo considerada como un elemento residual, se ha convertido en este proyecto en un elemento muy visual, casi una escultura. Se ha conseguido con madera bien tratada y muy bien trabajada, junto con una gran plataforma de piedra natural que ayuda a organizar un espacio de entrada y circulación.
Por su parte, el equipamiento de cocina y baños, así como la selección de piezas y su distribución en los dormitorios, buscan también, intencionadamente, alejarse del rústico más tradicional.
Para más información visiten: alfons tost
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