

Depurar el espacio
Originalmente, el espacio estaba definido por una gran cantidad de madera de pino. Tanto en suelos como arrimaderos, ésta aportaba una imagen muy rústica y una iconografía excesivamente tradicional del universo marinero.

La forma original del vestíbulo, que recreaba el interior de un barco, se conserva. Como novedad, se ha aclarado el tono del revestimiento de la madera de pino en suelos, paredes y techos. A él se añaden una gran estantería de hierro para la exposición de vinos y un banco corrido en madera y tapizado azul. La zona de espera se acompaña de mesitas blancas y taburetes de madera maciza.
Los antiguos barriles de madera se han sustituido por cilindros lacados en tonos beige y amarillo cálido. A ellos se suma un nuevo mueble funcional delante de la bodega para ofrecer copas de degustación.

Mural de colores marineros
La escalera que conecta con los pisos superiores amplía el ancho de sus peldaños y se tapiza con moqueta. Un colorido mural cerámico inspirado en los códigos de las banderas náuticas acompaña todo el recorrido. Su acabado brillante añade dinamismo a una pared donde hasta ahora no pasaba nada.

El frente de cocina se reviste con cerámica amarilla cálida que aporta mayor color. Gran parte del mobiliario fijo se recubre de mármol blanco o de hierro, garantizando así su durabilidad.

Imagen más contemporánea
El mobiliario existente se ha recuperado y retapizado. Además, se han incorporado nuevas sillas de mimbre, que recuerdan al mobiliario de las cubiertas de antiguos cruceros. También se han introducido mesas y mostradores centrales de madera encontrados en anticuarios.
Lámparas de sobremesa de luz apantallada conviven con otras suspendidas en blanco de Santa & Cole y Marset, que añaden carácter naútico.

Los diseñadores han colaborado con Carme Balada para desarrollar una colección de nuevos jarrones inspirados en elementos marinos, y con Claudia Valsells. Esta última ha creado 4 piezas que explican la historia geográfica de la Barceloneta basándose en su técnica y color.
El resultado final es un espacio contemporáneo, luminoso y cálido, inspirado en la imagen de un club náutico y que huye de la imagen clásica de un chiringuito de playa que no se corresponde con la calidad gastronómica ofrecida en su interior.
Fotografía: Meritxell Arjalaguer
Para más información visiten: Sandra Tarruella Interioristas
Vía: Diariodesign
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